“El teatro siempre fue mi primer amor”
Nuestra gran aventura en las ciencias (2019) fue una de
las puestas infantiles más interesantes y entrañables del año pasado. Escrita
por la dramaturga y directora Paola Vicente, ganó el premio del Jurado como
mejor montaje en su categoría por Oficio Crítico. Nominada en dos oportunidades
como directora, por Bajo la batalla de Miraflores (2015) y Tu madre, la Concho
(2017), Paola comenta que en su familia no hay artistas precisamente, pero sí
se han cultivado en el arte especialmente en literatura. “Siempre estaba en
talleres de actuación, pero (la típica) mis papás pensaban que era un hobby.”
Cuando llegó su momento de elegir una carrera, fue una gran encrucijada para
ella. “Yo estaba muy segura de que quería actuación, pero las opciones que había
no eran en universidad; mis papás me sugirieron encontrar una carrera universitaria
que tuviera un componente muy fuerte de creatividad, de educación, de arte y de
teatro y encontré Comunicación Social en San Marcos.”
Empezando a escribir
Desde el colegio, Paola ya escribía y además dirigía; por
ejemplo, en Sexto de Primaria se hizo responsable de los ensayos de Annie. “No
la llegamos estrenar, pero sí hubo muchos ensayos y yo la hacía en musical, con
coreografías,” recuerda. Como muchos otros artistas, también pasó por los
talleres de actuación del MALI, con el profesor Ramón García. “Lo que a mí me pasó
con la Comunicación es que me abrió el panorama; de pronto descubrí la dirección,
el diseño de luces y la edición, porque mi especialidad fue Audiovisuales, el
cine siempre me gustó y ha sido para mí un gran referente.” De otro lado, tomó
un taller de teatro en San Marcos (el TUSM) dirigido por la actriz y directora
Mary Oscátegui. “Pero mi desarrollo profesional me ha ido llevando lejos del
teatro, he hecho prensa, relaciones públicas, y en uno de mis últimos trabajos,
entrenamiento y coaching; sentía que mi vida se dividía en dos y por periodos
largos dejaba la actuación, pero sentía que me secaba por dentro, necesitaba
volver, el teatro siempre fue mi primer amor.”
El punto de quiebre para Paola llegó en el 2012, cuando ya
había hecho una maestría, era coach y en el trabajo donde estaba tenía la
oportunidad de viajar y visitar muchos países. “Cuando se cierra mi oficina, me
pregunté a mí misma: ¿Qué cosa quería hacer?, en vez de volantear mi CV por todo
Lima, me hice 'coaching' y decidí tomar un año sabático." Con dos o tres años lejos
de las tablas, se preguntaba cómo podría regresar, es decir, volvía como actriz
o acaso podía experimentar otras alternativas. “Pensé que podía intentar en dirección,
porque ya tenía experiencia por mi base audiovisual; pero escribir era una cosa
que siempre había visto como algo lejano para mí, o sea, recién en mi vejez,
pensaba que cuando me jubile, lo primero que iba a hacer era irme a un lago o
un río y ponerme a escribir.”
La batalla para llegar a escena
En aquel año sabático decretado por Paola, se decide a escribir
para teatro y es ahí donde nace Bajo la batalla de Miraflores. “Creo que le
pasa a muchos escritores: yo tenía la obra en mi cabeza, pero la veía como cine,
porque esa ha sido mi primera referencia, siempre he sido muy audiovisual,”
comenta Paola quien decidió entonces ingresar al taller de la destacada
dramaturga y directora Mariana De Althaus. “Yo era muy tímida para presentar los
textos que escribía en el taller de Mariana; para actuar no tenía problemas,
tampoco para dirigir, pero escribir algo era tan personal para mí que jamás
presenté nada, porque me moría de la vergüenza y la timidez.” Sin embargo,
reconoce que le sirvió de mucho para explorar todas sus posibilidades como
dramaturga. “El siguiente paso fue buscar al ‘top de los tops’ y gracias a Dios,
Alonso Alegría comenzó a dictar talleres sueltos, porque él solamente se
dedicaba a la (universidad) Católica; le escribí, me contestó Adriana, su
productora y por cosas de la vida, después de muchos años, deciden hacer un
taller por fuera y se abrió.”
Paola conoce en el taller de Alegría a varios dramaturgos,
entre ellos, Ángelo Condemarín, autor de Tu madre, la Concho. “Con Alonso, se hizo
una breve presentación en el teatro Larco y esa fue la primera vez que presenté
un texto mío, ya terminado y pulido, con público,” recuerda. “Leyeron los
actores Katiuska Valencia y Óscar Beltrán, pero fue una lectura actuada y
dirigida por Alonso; cuando se confronta mi texto con el público y yo veo su
reacción, me dije: ¡Ah, esto es lo que quiero hacer toda mi vida! y es así que me
decido a hacer Bajo la batalla de Miraflores.” Paola ingresa a un nuevo taller
de Alegría, en este caso, en dos turnos, ya que la temática era de obras breves
y su objetivo era escribir una obra de formato largo; en el mencionado taller,
coincidió con Daniel Amaru Silva, autor de ¿Eres tú, pequeño?, primer premio
del Cuarto Concurso de Dramaturgia Peruana, Ponemos tu obra en escena 2012, en
el que Paola obtiene el segundo lugar con Hombres limpios, que posteriormente
se rebautizaría como Bajo la batalla de Miraflores. “Ese fue el inicio de todo,
con un premio a cuestas, escribir no había sido una mala decisión después de
todo, fluyó casi naturalmente; pero para dirigir sí me empujaron a la piscina.”
Bajo la batalla de Miraflores estaba destinada a ser dirigida
y actuada por otro elenco en un primer momento, pero debido al paso del tiempo, el elenco fue aceptando otras oportunidades y abandonando el proyecto, así como
la productora y el director. “Yo había gestionado todo, iba a ser asistente
dirección,” revela Paola, quien ya había llevado un curso de Dirección
Audiovisual en Yale en su año sabático. “En un punto en que ya no sabía qué
hacer porque me quedé prácticamente sola, Alfredo mi esposo, me preguntó si yo
había estudiado dirección, le dije que sí y él me retó a que yo dirija mi
propia obra y así fue.” La puesta en escena de Paola, estrenada en el Centro
Cultural Ricardo Palma, le mereció su primera nominación en Oficio Crítico como
directora, así como a sus actores Angie Ruiz y Sergio Cano. “Fue difícil haber
tomado la decisión de dirigir después de todo, y tener una nominación en una
premiación que yo respeto mucho; para mí los Premio del Oficio Crítico son como
los Independent Spirit Awards de Adam Sandler; fue la señal que necesitaba para
saber que algo estaba haciendo bien.”
Las madres y las ciencias
Repuesta en varias ocasiones y con uno de los récords de
asistencia de público para los estándares del teatro independiente, Tu madre,
la Concho fue la segunda aventura como directora de Paola y a la vez, su
primera comedia. En su primera temporada estuvo protagonizada por la
inolvidable actriz Claudia Dammert, quien ganó de manera póstuma el premio de
Oficio Crítico. “Con toda la experiencia en este oficio y la sabiduría de vida que
tiene, Claudia respetaba mucho a la dirección,” comenta Paola. “Me habían
hablado mucho de su estilo con los directores, pero en mi caso, vi una gran humildad
de su parte, me dio mi lugar desde el primer día y aprendí mucho con ella.” Dammert
se caracterizaba por actuar con un estilo aprendido en los Estados Unidos,
desde las entrañas. “La verdad sale de adentro, no de la cabeza; no vale si lo
estás pensando para actuar, tiene que pasar por ti, por tus entrañas; ella era
muy corporal en ese aspecto, la Concho era un personaje que la comprometía
mucho, era muy sanguíneo, totalmente opuesto a Claudia, porque ella era una
mujer muy open mind, de dar mucha libertad y la Concho no era así.” Paola
rescata que durante los ensayos, todos en el elenco se permitieron jugar. “Pero
siento que Claudia, como la Concho y como la actriz que es, fue una columna muy
importante para que todo también pueda fluir y la propuesta pueda funcionar.”
“Nuestra gran aventura en las ciencias es un proyecto que ha
tenido mucha estrella,” afirma Paola. “Ha sido gestionado y gestado por el Centro
de Innovación de la Católica; son puras chicas las que manejan esta oficina y
tenían esta idea de popularizar las ciencias entre las niñas.” Explica que existe
un estudio que, a partir de los nueve años, las niñas se alejan de las ciencias,
ya que en el colegio y en la sociedad en general, se encuentran con
estereotipos muy fuertes que las alejan de sus sueños iniciales. “Como madre,
si mi hija de cinco años ve las estrellas y quiere ser astronauta, yo debo
estimularla en ese sentido; entonces, ya estaba en sincronía con el proyecto de
acercar a las niñas a las ciencias a través del teatro.” Paola consigue una
residencia para dramaturgas en las Ciencias y le tocó investigar y entrevistar a
doce científicas seleccionadas para conocer sus historias y con ese material,
desarrollar un texto dirigido a la infancia. “Más que exponer la vida de ellas,
era usar elementos, símbolos, mensajes y la narrativa de todas ellas y de tres
en particular, para poder plasmar todas esas vivencias en esta obra de teatro.”
Si bien es cierto, solo se mencionan los logros de tres científicas, también
aparecen otros detalles de sus vidas. “Como esta relación del padre con la hija,
de la maestra con sus alumnos; hay mucho de las historias de estas doce científicas.”
Para Paola, Nuestra gran aventura en las ciencias es una
obra que puede llegar a cualquier persona, porque todos hemos tenido un maestro
que nos haya motivado en muchos aspectos o una madre o padre que apoye sus hijos.
“La obra también habla de mí y lo que espero como madre de dos niñas,” explica.
“En esa época mi hija tenía tres años y yo veía sus ganas de conocer la luna;
mi esposo la compró un telescopio y veíamos el cielo en la noche en la terraza,
buscando y cazando estrellas; traté de incorporar en la obra vivencias mías, porque
yo sí creo que es importante empoderar a las niñas, no solo a través de la
ciencia, de las artes, de todo en general.” Y no solo darles una voz pues ya la
tienen, como dice Paola, pero también para amplificarla. “La obra sirvió para
que las niñas puedan decir que yo sí puedo hacer esto o en el caso de las más
grandes, por qué tengo que interrumpir el sueño de cuando era niña”, agrega. “Estaba
lista para explorar en el teatro para la infancia, que nunca lo había hecho
antes, era una semillita que estaba ahí y retomé mucho mis referentes cuando
era niña, como las comedias y los dibujos animados.”
Entre los proyectos de Paola para este año figura un nuevo
show musical titulado Da Capo, Volver a empezar con el coro infantil Voces del
Sol. “Es un bonito coro de jóvenes, niños y adolescentes, que no solamente
tienen un repertorio clásico tradicional, sino que también exploran musicales y
soundtracks de películas,” explica. “Es una historia que al mismo tiempo sea
divertida, eduque y entretenga y sobre todo, que se sienta ese amor por la
música, que todo el mundo tiene”. Debido a la crisis sanitaria que venimos
enfrentando, el estreno tuvo que ser reprogramado y se efectuará el domingo 5
de julio en el Gran Teatro Nacional. “Tenemos la reposición de Tu madre, la Concho
en mayo y bueno, yo sigo escribiendo, hay planes de llevar a escena musicales y
dos obras de teatro; y para el bicentenario, ya me están llamando para reponer Bajo
la batalla de Miraflores, así que es posible que regrese,” finaliza.
Sergio Velarde
25 de marzo de 2020
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