domingo, 8 de septiembre de 2024

Crítica: MESA TOMADA


Ingredientes para un buen anti romance

Si tuvieras que describir tu última relación en un plato de comida, ¿cuál sería? Christian Ávalos y Luisito Fernández nos dan aquí dos ejemplos, con dos obras en las que se mezclan los contrastes, la comedia y los corazones rotos. Mesa Tomada logra hacernos conectar con las particularidades de sus personajes, a la vez que nos colocamos en su lugar.

Tarta de maracuyá impulsa su humor utilizando tanto el arte como los códigos de sus dos intérpretes. Quini Gómez roja vs Klaus Herencia blanquinegro. Intensidad y rapidez vs inocencia y torpeza. Ambos logran conectarse de manera fluida, la obra no fuerza un vínculo entre los dos personajes desde el inicio, sino que lo construye a través de sus enfrentamientos y objetivos dispares. Las dinámicas entre dos cuerpos distintos es la carta que la obra tiene más a su favor para aprovechar. Tarta de maracuyá no tiene miedo de burlarse de sus dos personajes principales, lo cual, de hecho, hace que nos pongamos mucho más en su lugar.

Por su parte, Bife de chorizo se sirve de un tipo de contraste similar, pero con sus propias particularidades. Aquí nos centramos en la frustrada y certera piel del personaje de Andrea Chuiman, quien tiene que hacerle frente a Christian Alden, quien representa de manera minuciosa al patán del año. Ambos, entre la fuerza y el chorreo respectivamente, nos muestran la última noche de un relación, donde a cada discusión la patanería se vuelve más terrible (aunque aún bastante probable). La cercanía del público con los actores permite que nos indignemos junto al personaje de Chuiman, y se presta además para un par de rupturas de la cuarta pared (al principio algo extrañas, pero que van agarrando carisma).

Ambas obras están en su punto preciso para ofrecer dos experiencias bien conectadas a la vez que desternillantes. Sí se vuelve un poco difícil de creer que a ninguna de las dos parejas las hayan botado del restaurante ente sus fuertes escándalos (más con el mozo de Herencia sentándose a tomar con una clienta), pero la elevación tan alta del conflicto hace que esto no termine de distraer. Un buen antiromance, uno donde se explore el romance desde su desilusión, requiere de mucha sinceridad para lograr nuestras risas a la vez que nuestra empatía e identificación. Para este propósito, Mesa Tomada es, con el perdón del chiste, plato fuerte este setiembre.

José Miguel Herrera

8 de setiembre de 2024

No hay comentarios: