lunes, 16 de septiembre de 2024

Crítica: MAESTRA VIDA


La vida, maestros y recuerdos

Maestra Vida es la ópera salsa compuesta por el artista panameño Rubén Blades, que cuenta la historia de Carmelo (Gabriel Gil) y Manuela (Cielo Torres), quienes deciden comprometerse para formar una familia en medio de conflictos, nostalgias, desesperanzas y esperanzas en el futuro. La historia se cuenta desde los recuerdos de Quique Quiñones (Manolo Rojas), quien fuera mejor amigo de Carmelo en un viaje al pasado acompañado siempre por la música de Blades.

Al ser un musical y en el Teatro Municipal, que nos suele tener acostumbrados a grandes producciones, el espectador va con una alta expectativa que no necesariamente es cubierta por la propuesta.

En un montaje sobrio, destacan sobre todo los bailes, bien coreografiados por un elenco profesional que brilla por su destreza (Escuela de salsa “Arthur Murray”), así como la orquesta del Callao, que logra hacer bailar al público con un gran ritmo. No podemos decir lo mismo acerca de la parte vocal, no solo por los protagonistas, pero tal vez también por los arreglos de sonido de la sala. Es probablemente por ese motivo que en todas las funciones se presentan artistas invitados que nos ofrecen un concierto para celebrar la boda de la pareja, que logran cubrir de alguna manera las deficiencias del montaje musical. La obra presenta también un componente político que se desliza en un momento, pero que hace ruido al no haber estado en el hilo conductor de la historia.

Manolo Rojas, en su personaje de Quique, logra divertir y empatizar con la audiencia, con una naturalidad y conexión que le da grandes respiros a la obra.

Esperando que puedan corregir el sonido y la parte vocal en su siguiente obra, Pedro Navaja, es definitivamente un musical que cualquier fanático de la salsa y de Rubén Blades puede apreciar.

Alejandra Sierralta

16 de setiembre de 2024

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