Eva, cincuenta y tres años después
Me preguntaba, mientras esperaba la obra, por
qué Alumbra Producciones había decidido titularla El mundo de Estela Luna, en lugar de su título original: Eva no estuvo aún en el paraíso. Sin
embargo, a medida que avanzaban los diferentes cuadros de la obra, solo podía
resonar en mi cabeza la antigüedad de la obra, y lo mucho que el mundo que
Estela Luna imaginó sigue presente y hasta incluso, ha agarrado fuerza.
La obra se divide en pequeñas secciones que
muestran la manera en que distintos aspectos de la sociedad colocan a la mujer
en una posición constante de servilidad e inferioridad. Son textos directos,
sin tapujos, y muchas veces con imágenes muy directas. Aquí la
particularización por parte del elenco para sacar la mayor potencia del texto
de Luna falló un poco, en especial al inicio, pero fue ganando fuerza a medida
que avanzaban las escenas y los actores se prestaban más para jugar dentro de ellas.
Esa burla era, a fin de cuentas, el mayor
propósito de Luna con su texto: denunciar a través de señalar el ridículo de la
sociedad y sus reglas disparejas entre hombres y mujeres. Es notorio, pues, que
una de las mejores escenas del montaje sea con las actrices soltando slogans
ridículos (pero bien reales) mientras ofrecen productos para perder o ganar
peso. Considerando la obra como la culminación de un taller montaje, la
elección de una obra con diferentes cuadros también le dio la oportunidad al
elenco de alternar entre distintos personajes, y es cuando logran introducirse
en estos y los construyen con cuidado y ritmo que más sacan a relucir su
potencial y capacidad para romper sus propios esquemas.
El mundo
de Estela Luna es un reflejo de la capacidad que tenía
su autora para apreciar la realidad y exponerla. Cincuenta y tres años después
de la publicación original de Eva, sus imágenes no podrían llamarse exageradas
sino reales. Eva es juzgada por su género desde el momento en que nace, y es
fuerte ver cómo tanto Estela como las actrices del hoy continúan empatizando
con su dolor. La obra mantiene su vigencia y sirve como catalizador para que
este grupo de actores desarrolle su plasticidad y sus particularidades en el
escenario.
José
Miguel Herrera
30 de agosto de 2024
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