La voz al servicio del teatro
Resulta imposible escribir sobre Almamía sin resaltar desde el primer párrafo la gran actuación de
Daniela Darcourt. En una obra donde se rodea de actores, actrices y bailarines en
un altísimo nivel como Bruno Odar, Pedro Ibañez o Carla Picón, Daniela
Darcourt, en esta nueva faceta en las tablas, se apoya en su voz para darnos
una interpretación conmovedora que destaca en una obra completamente musical.
Dirigida por Juan Pablo Lostannau y creada por Fany Rodriguez, Almamía es la historia de seis hermanos que tras años de separación se reúnen en la casa de su infancia por azar donde se tratarán temas como la culpa, el amor fraternal y la reconciliación. Pero lo valioso, me parece, está en la puesta en escena al servicio de la historia. Acompañada de música y danza (de la compañía profesional de danza Dactilares), visuales y un escenario minimalista, Almamía busca un espectáculo multidisciplinario en el que todas las disciplinas complementan la experiencia de la mejor manera. Funciona de gran manera, aunque debido a lo ambiciosa de la propuesta, la historia puede quedar en un segundo plano por momentos y mostrarse confusa de manera en la que puede llegar a distraer al espectador.
Pero al margen de la historia, resulta sobresaliente el
espectáculo musical y de danza que brinda Almamía
y que llega a resaltar la actuación de Darcourt, que en su debut en una nueva
faceta como actriz, se apoya en su voz única para mostrarnos una performance más
que conmovedora, capaz de remecer el tan icónico Teatro Segura y lograr que los
asistentes aplaudamos aun así no haya terminado la obra. Un gran acierto el confiar en ella este papel que explota su faceta de cantante (talento que
mejor conoce) al servicio de la actuación, y también un acierto de Darcourt al
debutar en teatro en una obra de este estilo, encaminándola como la artista
multidisciplinaria que está destinada a ser.
Gabriel Calderón
31 de agosto de 2024
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