sábado, 13 de enero de 2024

Crítica: CISNES


Oscilaciones entre memoria y arte

En el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú dio lugar a la temporada de Cisnes, propuesta de teatro danza dirigida por Alberto Ísola. El elenco estuvo conformado por Mirella Carbone y Raffaella Cuneo. Se trató de un montaje desarrollado desde la base de Savannah Bay de Margueritte Duras, Sonata de otoño de Ingmar Bergman y El lago de los cisnes de Tchaikovsky; así como investigaciones sobre el Alzheimer. El texto final estuvo a cargo de la dramaturga Claudia Sacha y de la misma Cuneo. A través de distintos recursos escénicos, se nos muestra la historia de una bailarina adulta mayor con Alzheimer, quien va recorriendo sus memorias a través de la danza.

La representación nos muestra poco a poco a la protagonista (Carbone), una adulta mayor que oscila entre sus recuerdos y la realidad: vivir en un centro de salud mental. Al mismo tiempo, Cuneo representa un disparador de recuerdos, dejando entrever una conexión entre ambas. En el transcurso de la obra, se va entendiendo que Cuneo es todo lo que el personaje de Carbone ha vivido: sus contradicciones, su amor por la danza, etc. Es interesante cómo Carbone ha logrado una apropiación del personaje, pues fue evidente que utilizó el movimiento para poder interpretar. El resultado fue de una calidad impecable, por la maestría demostrada en la danza y en la apropiación de los textos.

El trabajo de dirección de Ísola supo ordenar el material artístico con el que contó. Esto se debe a que el montaje supuso un tejido entre escenas de danza contemporánea precisamente ordenadas dentro de la historia, además de escenas de transición de la bailarina en el hospital, o en medio de sus recuerdos. Una decisión que potenció el montaje fue el diseño de luces, pues se incluyó la construcción de un lago solamente con ese recurso. Considero, en ese sentido, que la dirección y las decisiones tomadas en el proceso creativo lograron un trabajo final impregnado de investigación, conexión y estímulos sensoriales. El resultado fue una invitación al espectador a recorrer la mente de aquella bailarina y sus vivencias.

Considero impactante cómo Carbone ha enfrentado el reto de hablar sobre el Alzheimer. Una de las escenas más importantes de esta historia es cuando la música estimula el recuerdo de una coreografía específica que la bailarina habría interpretado muchas veces. La contradicción entre la pérdida de recuerdos y el usar la música para no olvidar fue uno de los regalos más especiales de este montaje. He ahí donde la investigación que sostiene la obra se hizo presente, pues ya es sabido empíricamente que hay muchos casos en los que elementos musicales resultan ser disparadores de recuerdos en personas con Alzheimer. Es así como Cisnes representa una pieza artística que deja al público conmovido, impactado, y con incertidumbre curiosa sobre los temas tratados en la historia.

Stefany Olivos

13 de enero de 2024

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