jueves, 4 de febrero de 2021

Entrevista: CARLOS VICTORIA


“Mis compañeros actores y actrices son mis principales maestros.”

Uno de los grandes actores en plena actividad que tenemos en la actualidad es, sin duda, Carlos Victoria. Él fue elegido junto a otro notable actor, Víctor Prada, como los mejores intérpretes en lectura dramatizada del año pasado en el evento de Oficio Crítico por Bernardo y Valentín, pieza escrita por Diana Gómez Muñoz y Víctor Augusto Mendivil, con la producción de Camerino Virtual. Conversamos con Carlos sobre su trayectoria y experiencias en el escenario presencial y en las pantallas virtuales. “Un honor compartir el premio con tremendo actor, que es Víctor Prada,” comenta Carlos. Hijo del primer actor Enrique Victoria, no es de extrañar que Carlos se dedicara a la carrera de las Artes Escénicas. “Imagínate, para resumirte: mi padre, hijo de artistas; mi madre, cantante, con familia de músicos principalmente; ellos se casan en Mar del Plata estando en una gira de una compañía de zarzuela.” Carlos nace en Buenos Aires y es inscrito en la embajada de Perú como peruano, pero nacido en Argentina. “Mis lugares de reposo en cuna eran los camerinos de teatro; mis primeros lugares de juego fueron los mismos teatros; fuimos a Perú y mi patio de juego era el teatro Municipal, el teatro Segura, el teatro La Cabaña; mi abuelo era jefe de tramoya; me he movido siempre dentro del teatro.” Sin embargo, Carlos reconoce que también le fascina la Historia. “Me hubiera gustado ser arqueólogo,” confiesa.

El arte desde pequeño


Indudablemente, Carlos considera a su padre como su principal maestro de actuación. “Y también, mi primer y más feroz crítico,” agrega. “Pero para mí, ver a todos los compañeros en el escenario ha sido siempre como asistir a clases de teatro, porque se desempeñan estupendamente; por ejemplo, cuando fui a ver Amadeus (2008) no me pude mover de mi sitio por diez minutos después que acabó la obra, por el trabajo maravilloso de Bruno Odar; todos mis compañeros actores y actrices son mis principales maestros.” Un actor está en constante formación y Carlos siempre se nutre del excelente trabajo de sus colegas.

Si bien había un taller de teatro en su colegio, Carlos prefirió no participar de él, ya que desde pequeño trabajaba profesionalmente en los escenarios limeños. “Estar en un club de teatro en el colegio, para mí, era contraproducente, porque así no quisiera, iba a tener más experiencia que el resto de los compañeros, no me parecía bien.” Carlos participó en su primera obra profesional a sus tempranos trece años, al lado de grandes figuras como Lucía Irurita, Orlando Sacha y Connie Bushby, con la dirección del maestro Sergio Arrau en el teatro La Cabaña.


Sobre Arrau, Carlos menciona que fue su mejor profesor de Historia Universal en su colegio, la primera gran Unidad Escolar Piloto y Experimental de la República Monitor Melitón Carvajal. “Era una clase de teatro que nos daba, porque él interpretaba todos los personajes mientras que iba explicando el tema de Historia.” Definitivamente, el Teatro ayuda al desarrollo de la personalidad y es vital su instrucción desde el colegio. “Ayuda a vencer esa timidez que puedas tener para enfrentarte ante la gente, ayuda a superarla y luego te abre horizontes culturales enormes, que son los que necesitamos los seres humanos para poder llegar a un punto maravilloso de humanidad y eso se logra con la cultura, definitivamente; no con la religión y con la política, con la cultura es que se logra.”

Puestas en escena

Son innumerables los montajes en los que Carlos brilló en escena. Difícilmente podremos olvidar, por ejemplo, su participación en la puesta en escena de Ña Catita (2008), con la dirección de Alberto Isola en el teatro La Plaza, en la que compartió varias escenas con la inolvidable Sofía Rocha. “Maravillosos todos los recuerdos con ella, tenía que enfrentarme con la fuerza maravillosa que tiene esa mujer en el escenario, cada función te cogía y atrapaba, y tenías que luchar para estar a la altura de ella,” recuerda Carlos, quien señala también el sorprendente rompimiento que realizó Isola al tradicional teatro costumbrista. “Esos balcones limeños que se movían en el escenario y que iban cambiando las escenografías; todo fue increíble, a mí me tenía con los pelos parados.” El elenco incluía además, a la primera actriz Delfina Paredes, Mario Velásquez, Bruno Odar, Melania Urbina, Esther Chávez y Chipi Proaño.


Otra notable realización en la que Carlos participó fue La cautiva (2014) de Luis Alberto León y dirigida por Chela de Ferrari, también en el teatro La Plaza, y cuya trascendencia no se vio empañada por una penosa acusación de apología subversiva en su contra. “El 15 de enero del 2016 nos enteramos que ese tipo, que ahora se está lanzando como presidente, estaba haciéndonos una investigación por apología al terrorismo, ¡pobre imbécil!... disculpen la expresión,” sentencia Carlos. “Había mandado a alguien que no tenía la menor idea de lo que es el teatro y sacó frases y escenas de fuera de contexto, diciendo que están a favor de Sendero Luminoso; y la única persona a la que se mencionó con su nombre completo fue a mí.” Carlos afirma que el día en que las Fuerza Armadas pidan disculpas por su participación en el genocidio de la lucha interna, entonces se empezarán a cicatrizar las heridas. “Recuerdo que el Chema Salcedo me entrevistó ese mismo día, me dijo que qué pensaba de todo esto, le contesté que si ese señor cree que estamos haciendo apología al terrorismo, yo estoy absolutamente convencido que él está haciendo apología a la estupidez humana, porque hay que ser escaso mental para hablar así de esa obra maravillosa… ¡Y ese señor quiere ser presidente del Perú! No, gracias; así de simple.”


Conmovedora resultó también su entrañable personaje en Financiamiento desaprobado (2017)puesta escrita y protagonizada por Tirso Causillas y dirigida por Nani Pease, en el que interpretaba a un hombre aquejado por el mal de Alzheimer. “Tuvimos mucho apoyo de alumnas de Nani, como psicólogas, con respecto a cómo es una persona con Alzheimer y qué pasa con nuestro entorno,” cuenta Carlos. “Y de lo que yo había visto y reconocido en series de televisión y en el cine, se va sacando cositas de ahí; fue un personaje inolvidable, maravilloso, con una energía vital que le dio Tirso al personaje… me emociono todavía de recordarlo.”

La dirección y la interpretación

¿Cuáles son las características básicas que debe tener un buen director de teatro? Para Carlos, primero debe tener empatía total con los actores. “Es lo más importante, lo primordial, y escuchar a los actores, saber cómo se sienten, qué cosas no te gustan, qué es lo que necesitas y también, claro, tener mano dura porque para eso eres el director.” Además, asegura que es primordial para un director el saber lo que siente un actor. “Tiene que aprender actuación y a sentirla en su propia piel primero; es definitivo, tiene que ser actor, aunque sea muy malo, como algunos directores que conozco (ríe); tiene que saber pararse en un escenario, ver las luces, imaginar esa cuarta pared delante suyo, eso es primordial para un director.”


De acuerdo al criterio de Carlos, el mejor director que tiene el Perú es Edgar Saba, con quien colaboró en diversos montajes, como Edipo Rey (1996) y El rey Lear (1999). “Recuerdo mucho el trabajo que hicimos en El rey Lear: nos dio el texto, lo trabajamos y nos dijo que traigamos propuestas de personajes, llevé la propuesta de mi personaje (yo era Kent) y él magistralmente tomó todo lo que yo le había llevado, le dio media vuelta y lo llevó para donde él quería y yo quedé maravillado… ¡Dios!, ¿qué fue esto?”. Por otro lado, para la tragedia de Sófocles, Carlos interpretó al mensajero que anunciaba la muerte de Yocasta y la desgraciada suerte de Edipo. “Me hace subir al segundo piso de la escenografía, con los pies al borde del escenario y mi cuerpo hacia atrás ¡y no me permitió hacer ninguna inflexión en la voz al decir los textos! Lo comenzamos a ensayar, yo lo interpretaba, pero él me decía que no, que quería todo plano y bueno…  él es mi director y es lo que tengo que hacer.” Carlos se sorprendió sobremanera con los comentarios del público y de los colegas. “El día del estreno viene Delfina Paredes y me dice: ‘¡Qué musicalidad, Carlos, por Dios!’… y yo, ¡pero cuál musicalidad, si lo hice todo plano!; para mí, Edgar es uno de los grandes directores de este país.”

En el caso de los actores, Carlos sostiene que uno bueno tiene que leer mucho, escuchar y respetar al compañero en el escenario, haga el personaje que haga. “Leer mucho y escuchar, porque es el bagaje que necesitas para poder crear el personaje que estás interpretando.” Y agrega que la importancia de una buena dicción es primordial. “Para que la gente que esté en la platea y para la que te ve por televisión no diga: ‘¿Qué dijo?’, debe pronunciar exactamente las palabras como se tienen que pronunciar, porque el director tiene que dar el público lo que tiene que escuchar a través de los actores.”

Teatro en tiempos virtuales


La crisis sanitaria ha llevado a buena parte de la comunidad teatral a volcarse a la virtualidad, experimentando con una nueva manera de presentar proyectos de actuación. “Yo lo llamo Treaternet, porque no es teatro, es teatro por internet,” comenta Carlos. “No fue fácil, pero lo que me ayudó fue la radio, yo he hecho radionovelas; eso me ayudado mucho para leer la obra dramatizada, aquí delante de la pantalla, buscando algunos momentos para voltear la cabeza a la derecha o a la izquierda, para mostrar que nos estamos mirando.” La lectura dramatizada de Bernardo y Valentín fue el vehículo perfecto para mostrar las dotes histriónicas de Carlos y de Víctor Prada. “No fue fácil la primera vez, pero ya a la segunda vez, se gana más experiencia; pienso que se puede seguir haciendo cosas por este medio, ¿por qué no?”

Las últimas medidas del gobierno con respecto a las Artes Escénicas, como por ejemplo, la reducción del aforo para una actividad cultural que viene adoleciendo de falta de público desde hace años o la cancelación de cualquier espectáculo teatral presencial, solo reconfirma su profundo desconocimiento de nuestra realidad. “Más que desconocimiento, es el escaso o nulo interés por la cultura en nuestro país,” afirma Carlos. “A la gente de poder económico, eso no les conviene, porque la gente comienza a pensar, se comienza a dar cuenta de las cosas que hacen.” Lamentablemente, se demuestra que la cultura y el arte no son prioridades para el Estado. “No les interesamos, yo he pensado seriamente en hacer una gran convocatoria por internet con todos los compañeros, para que cuando el Estado nos pida algo gratis, ¡que se vayan al cacho! Así de simple. ¡Que nos paguen!” Carlos ha tenido la suerte de grabar una telenovela y un comercial, entre otras actividades, en este tiempo pandémico. “Pero hay muchos compañeros, muchísimos, que no han podido hacer eso y que no han recibido el bono del Estado… imagino que pensarán que los artistas siempre nos las arreglamos por nuestra cuenta, supongo que ese debe ser el pensamiento, pero la verdad es que a través de la historia, nunca hemos necesitado del Estado, siempre hemos salido solos adelante y eso es lo que va a pasar.”

Por el momento, Carlos no tiene nada definido para este 2021, pues la incertidumbre sanitaria no permite que se concreten los diversos proyectos que se le presentan. “Todo está en el aire, no pisamos tierra, lo único que vamos hacer es utilizar el internet; yo espero que aparezcan cosas, no tengo ninguna propuesta todavía, pero supongo que aparecerán cosas, vamos a ver qué ocurre, a cuidarse y a seguir los protocolos,” finaliza.

Sergio Velarde

3 de febrero de 2021  

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