lunes, 18 de diciembre de 2023

Crítica: EL ABOMINABLE CASO DE HENRY SHADOW


De víctima a victimario

El Teatro Esencia fue lugar del festival de unipersonales llamado El legado de Elizabeth Grimm, bajo la dirección de Jorge Pecho. La temporada incluye cuatro personajes marginados y olvidados, quienes exponen lo que conforma lo más profundo de su historia. En esta ocasión, tuvimos la oportunidad de ver uno de los espectáculos llamado El abominable caso de Henry Shadow, interpretado por Gerardo Fernández. Shadow es un profesor de primaria, quien se muda a un nuevo departamento luego de la muerte de su madre. Una sombra lo persigue, la cual representa un creciente impulso de venganza por la serie de situaciones abusivas que Shadow habría vivido desde su niñez.

La representación inicia con el personaje llegando a lo que sería su nuevo departamento. En medio del proceso de desempacar, se irá dando a conocer información sobre el personaje, sus recuerdos tormentosos, y la sombra que se hace presente (nuevamente) en la vida de Shadow. El transcurso de la obra se trata de un debate acalorado entre dicha aparición (representada por una voz) y Shadow. Poco a poco se entiende que la sombra es una representación de la sed de venganza y emociones reprimidas del personaje principal, quien ha sufrido una serie de abusos constantes en distintas etapas de su vida, incluso de adulto. Debo rescatar los textos de la sombra, pues se logró representar una fuerza de oposición para Shadow, en su intento de no caer en las emociones abrumadoras despertadas por sus recuerdos de momentos violentos.

El desarrollo del personaje fue preciso y justificado momento a momento, pues Fernández logró dosificar la información de su historia y el viaje emocional que Shadow estaría atravesando. El ritmo de la obra albergó matices y momentos pico, de modo que el espectador podía mantenerse atento al enfrentamiento entre Shadow y la sombra. Un logro de este montaje fue el nivel de vulnerabilidad alcanzado por Fernández, quien logró representar el lado humano de un asesino serial. Dicha contradicción del personaje hace que el personaje sea cercano al espectador.

Uno de los propósitos que el mismo director comenta al finalizar la obra es poder dar visibilidad a lo que la violencia, en cualquiera de sus formas, podría ocasionar en un contexto desafortunado. Esta historia, a través de Henry Shadow, nos demuestra cómo una víctima se convierte en victimario si no se hace nada al respecto. Es complicado poder ver el lado humano de personas criminales; sin embargo, considero que este montaje logró mostrar esos matices, dejando al espectador con contradicciones y preguntas al finalizar la función.

Stefany Olivos

18 de diciembre de 2023

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