sábado, 30 de diciembre de 2023

Crítica: MI PERSONA FAVORITA


Los conflictos amorosos que nunca faltan

El Teatro Auditorio de Miraflores dio lugar recientemente a la obra Mi persona favorita, escrita y dirigida por Gianfranco Mejía. La historia nos presenta a Gianina y Paulo, una joven pareja que lleva cuatro años juntos. La relación últimamente no está yendo bien, por lo que deciden conversar en la noche. Sin embargo, en el transcurso del día, la aparición de un viejo amigo de ambos causa confusión en Gianina, quien se cuestiona muchos aspectos de su relación de pareja.  El elenco que da vida a esta obra está conformado por Natali Zegarra, Alexis Arteaga y Jorge “Coco” Gutiérrez.

La representación se inicia en la cotidianeidad de una mañana en la casa de la pareja. El día va iniciando y, en medio de percances laborales, se desata una discusión. Se da la información suficiente como para saber el estado decadente de la relación, además de crear las expectativas de la conversación pendiente que Gianina y Paulo quedan tener en la noche. La situación se complica con la llegada de Omar, un amigo de ambos, pues se va descubriendo que él siempre estuvo enamorado de la protagonista. La obra se constituye de conversaciones íntimas, con detalles de la historia de los personajes, aunque sin mayor dinamismo en cuanto a saltos temporales o cambios de espacios en escena. Esta propuesta da la oportunidad de conocer un poco más del mundo interno de los tres personajes, incluyendo sus contradicciones y conflictos por resolver.

El texto propone situaciones que sacan inevitablemente risas y suspiros a los espectadores, gracias a la vigencia de las emociones demostradas por los personajes. Sin embargo, considero que algunos textos (especialmente en los monólogos) se encuentran aún con tropiezos de información, con aspectos de mejora. En ese sentido, considero que el personaje de Gutiérrez no estuvo del todo desarrollado, teniendo algunos vacíos de información y procesos frente a las situaciones presentadas. No obstante, destaco el trabajo de Zegarra, quien supo liderar y sostener el desarrollo de la obra, a pesar de algunos tropiezos propios de una ligera desconcentración actoral.

La historia desarrollada en la obra genera empatía inmediatamente, debido a que se centra en un tema tan universal como puede ser estar en una relación de pareja. Sin embargo, al ser una materia tan amplia, le quita lugar a la especificidad en escena. No obstante, es posible conectar con los conflictos y emociones encontradas de los personajes, pues posiblemente cada espectador ha podido atravesar por vicisitudes parecidas en la temática propuesta.

Stefany Olivos

30 de diciembre de 2023

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