Contraste de imágenes y texto
Dentro de todas las obras escénicas virtuales que se vienen
presentando desde el año pasado, en el que toda la comunidad teatral se vio
impedida de realizar espectáculo presenciales, existe una clase de proyectos
que llaman poderosamente la atención, ya sea por el riesgo inyectado en sus
propuestas como por sus atípicas ejecuciones estéticas. A este grupo se le
podría incluir Katrina, una sugerente
puesta virtual dirigida por el actor y director venezolano Johan Escalante, sobre
el texto de uno de sus compatriotas que ha preferido mantenerse en el anonimato, y
que escapa de lo convencional debido al fuerte contraste entre lo que escuchamos
y lo que vemos en pantalla.
Katrina es una
historia cargada de erotismo, suspenso y misterio, entre dos personajes salidos
de los bajos fondos de la urbe: un errático y desarrapado hombre llamado Ernesto
(Roberto Canela) y una sensual prostituta (Daisy Avilán ) que lleva el nombre
que le da título a la propuesta. Ambos mantienen, al inicio, una videollamada
cargada con un alto contenido sexual en los diálogos; sin embargo, estos sorpresivamente
no caen en la vulgaridad, ya que presentan además un fuerte componente lírico, que
ambos actores logran aprovechar para hacer creíble su estrecha y enfermiza relación, y que
la elevan por encima del simple morbo.
Escalante dirige bien a sus actores y sostiene el suspenso de
la historia hasta un giro dramático inesperado, que cambia la situación inicial
por completo. La decoración de los espacios sí podría precisarse aún más para
lograr un mayor impacto, con los personajes en medio de la suciedad y el deterioro.
Es mejor además, que los micrófonos inalámbricos se vean, a tener deficiencias
en el audio. A destacar la desinhibición de Avilán para interpretar a su
personaje, dejando muy poco a la imaginación, y que contrasta con la bella poesía
que recita en sus parlamentos. Katrina
es un atípico espectáculo lleno de contrastes, que nos envuelve en una tóxica
relación entre dos decadentes personajes, pero que contiene una generosa cuota
de estilización gracias a su inspirada dramaturgia.
Sergio Velarde
9 de mayo de 2021
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