miércoles, 23 de abril de 2025

Crítica: JESUCRISTO SUPERSTAR


Fe y arte

El pasado fin de semana, Oficio Crítico asistió a la puesta en escena de Jesucristo Superstar en Ica, producida por el grupo artístico cultural “La Máscara”. Esta versión teatral se presentó en el auditorio del Colegio de Ingenieros de Ica, bajo la dirección del artista iqueño Alberto Sierralta Solis. El montaje brindó a talentos locales la oportunidad de mostrar sus habilidades artísticas en un formato musical.

Desde el inicio, se planteó un diálogo entre lo audiovisual y lo dramático, con un narrador externo que guiaba la ficción. Se utilizaron vestuarios variados que, por momentos, lograban una estética definida. La obra inició con una coreografía grupal que, si bien mostraba sincronía, no comunicaba con claridad lo que sucedía en escena. A lo largo del montaje, se propusieron imágenes visuales para representar la situación de los personajes, pero algunas escenas no eran claras respecto al espacio y a las acciones representadas.

La dirección coreográfica mostró imprecisiones, con una mezcla de estilos sin un enfoque definido. No obstante, la técnica y el trabajo corporal de los danzantes estuvo presente. La producción musical respondió a las necesidades del espectáculo. Las pistas de audio, grabadas previamente por los mismos intérpretes, acompañaban toda la obra. Sin embargo, el uso constante de playback restó fuerza a la puesta en escena. Algunas veces, los actores cantaban en vivo por debajo de la pista, lo que aportaba verosimilitud, aunque no era constante.

La dirección escénica, por momentos, no era precisa en relación al argumento, lo que dificultaba apreciar con claridad el conflicto en escena. Si bien se lograron imágenes trabajadas en detalle, la coherencia global de la narrativa se vio afectada. Algunas situaciones destacaban por la intención de los intérpretes, pero no lograban sostenerse a lo largo de la obra. La música servía como apoyo y guiaba la historia. En cuanto a la escenografía, se utilizaron pocos elementos físicos y proyecciones audiovisuales para ambientar cada escena. Si bien este recurso fue interesante en un inicio, no logró mantener un vínculo coherente con la acción.

A nivel actoral, no fue claro qué código de actuación se empleaba. Aunque se comprendía el género del musical, las interpretaciones variaban entre estilos, dificultando la conexión con el espectador. El constante uso del playback interfería con la expresividad en escena. Sin embargo, los actores lograban momentos de conexión con el público. 

La propuesta teatral fue valiosa por su intención de reflexionar sobre la Semana Santa y ofrecer un espacio a jóvenes talentos de Ica para mostrar sus habilidades artísticas.  

Participaron: Alberto Sierralta Solis, Roberto Espinoza, Analucia del Carpio Guichard, Bruno Rosas, Rainiero Calderón, Guillermo Chacaltana, Gustavo Ipushima, Marcelo Chávez y más de veinte intérpretes en escena. 

Rubén Aquije

Ica, 23 de abril de 2025

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