Claustrofobia y crítica en Fiestas Patrias
En un sótano de Miraflores, se presenta una obra sobre un
sótano miraflorino durante la guerra con Chile. Bajo la batalla de Miraflores dirigida por Edwin Chino Lam y Manuel
Guerrero y escrita por Paola Vicente se ha repuesto en el teatro Selina, con
una puesta en escena tan funcional como el texto se lo pide.
Ingresamos a la sala. En silencio, a oscuras, a los minutos,
Doña Clara (Trilce Cavero), Julia (Alexandra Garcés) y Esperanza (Yaremís
Rebaza) se encierran en el sótano de la casa miraflorina de clase media a horas
que empiece la batalla de Miraflores. Inmediatamente la claustrofobia entra en
escena y la desesperación es tan real que es inevitable pensar en la realidad;
es cuestión de tiempo para que el ejército chileno invada Lima y Miraflores, y por
lo tanto, también caigan. Y si en este sótano de desesperanza no se estaba lo
suficientemente atrapado, la llegada de un soldado peruano, en maneras
sospechosas, complica aún más la situación.
Pero la obra, a pesar de lo que la temporada de Fiestas Patrias
nos haría creer, no busca caer en discursos ni chauvinistas ni maniqueos, en
los que los pobrecitos somos nosotros y los malos son los invasores. Todo lo
contrario, el enemigo siempre está en casa. El acierto en Bajo la batalla de Miraflores” termina siendo una puesta en escena
que comulga tanto con el espacio como con el contexto. Estamos en un sótano en
Miraflores, viendo una representación de cómo peruanos sobreviven también en un
sótano en Miraflores hace más de cien años atrás. Sin embargo, el enemigo
siempre fue el peruano y sus dirigentes que actúan con el mismo egoísmo del
ciudadano capaz de traicionar a su familia para aprovecharse de la situación.
Cien años atrás, en la guerra y en la paz, la mirada crítica es tanto al
costado como hacia uno mismo. Una gran puesta en escena a cargo de El Patio -
Colectivo Escénico.
Gabriel Calderón
26 de julio de 2024
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