¡A ver, un aplauso! de César de María, bajo la dirección de Henry Sotomayor, es una obra que destaca no solo por su guion ingenioso, sino también por una dirección y actuaciones que elevan su sátira a un nivel memorable. La dirección de Sotomayor es hábil al manejar el equilibrio entre la comedia y la reflexión profunda, creando una experiencia teatral que resuena con la audiencia.
El elenco, compuesto por Gian Loli, Ronie Cusó, Ethel Requejo y Miguel Soriano, ofrece interpretaciones destacadas que enriquecen la narrativa. Loli, en el papel de Tripaloca, logra capturar la esencia de un payaso callejero que, a pesar de su enfermedad, mantiene una chispa inagotable. Su capacidad para transitar entre momentos de humor y vulnerabilidad proporciona una profundidad emocional que conecta profundamente con el público. Cusó, como Tartaloro, complementa perfectamente a Loli, formando un dúo dinámico cuya química en escena es palpable. La lealtad y camaradería entre los personajes de Loli y Cusó son un reflejo conmovedor del apoyo humano en tiempos de adversidad.
Requejo y Soriano también aportan actuaciones sólidas que enriquecen la trama. Requejo, con su talento para la comedia física y su presencia escénica, añade capas de humor y humanidad, mientras que Soriano aporta una energía y dinamismo vibrante y envolvente.
La inclusión de música en vivo a cargo de Ger Vergara es un acierto que añade una dimensión adicional a la puesta en escena. La música no solo enriquece la atmósfera, sino que también contribuye a aligerar el tono de la obra, haciendo que el humor fluya con naturalidad. Las intervenciones musicales de Vergara proporcionan momentos de respiro y reflejan la naturaleza efímera y alegre de la vida, subrayando la idea central de la obra de encontrar humor y ligereza incluso en los momentos más oscuros.
La dirección de Sotomayor y las actuaciones del elenco se complementan perfectamente, creando una obra cohesiva y efectiva. La habilidad de Sotomayor para dirigir a sus actores hacia interpretaciones matizadas y auténticas, junto con la elección de incorporar música en vivo, resulta en una producción que es a la vez entretenida y profundamente conmovedora. Quizá el único punto en contra que vimos va mas por una falla técnica del espacio, ya que sentimos muy poca acústica lo que llevaba a que por momentos no se escuchen bien algunas intervenciones.
En resumen, ¡A ver, un aplauso! es una obra que combina muy bien la comedia y la reflexión. Es una experiencia teatral que no solo hace reír, sino que también invita a la audiencia a reflexionar sobre la vida, la muerte y todo lo que estamos dispuestos a hacer para enfrentarnos a lo inevitable, un espectáculo de comedia ideal para disfrutarlo ya sea solo o en familia.
Milagros Guevara
14 de junio de 2024
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