Para nadie es un secreto que la cultura en el país está en último orden de prioridades. Con esta sensación, donde parece que se retrocede en lo poco que se ha avanzado como sociedad, surge Mamá M*ricon@, obra escrita y dirigida por Germán Falco. Desde una tribuna en la que se busca evidenciar aquello que (forzadamente) se oculta, Mamá M*ricon@ es directa en saber la idea que quiere retratar.
En la obra, Dony (Yahir Manosalva) vive con su mamá viuda (Urpi Curihuamán) en Lima. Cuando su primo Alex (Joaquín Zavala) llega a estudiar y quedarse a vivir con ellos, se empezará a revelar un secreto que ha ocultado la familia por años. Un secreto obligado debido a la inconsecuencia de la familia y de aquellos que se reprimen a sí mismos para evitar hablar de lo evidente.
La obra tiene mucho de drama que contar, pero los mejores momentos aparecen con su mirada satírica y tragicómica. La complicidad de la madre y el hijo, y las burlas que se dan los primos ante esta sociedad heteronormativa nos muestran un mundo duro, pero donde el amor puede existir. Si resulta cómico (a veces bordeando el terreno de la parodia) ver a la mamá, de la rama más conservadora del catolicismo, extrañando el sexo, la piel y el contacto físico, pero a su vez siendo incapaz de manifestarlo; también resulta doloroso ver a un personaje capaz de renunciar a quien es (incluyendo un lavado de cabeza) con tal que pueda ser aceptado en su familia.
Más allá de la crítica que se le puede dar a la puesta en escena (tuve la poca fortuna de estar en una función con errores técnicos en la musicalización) y a los debates que podrían ser tratados con mayor profundidad, Mamá M*ricon@ es clara en ejecutar una propuesta provocadora donde no teme desnudar a sus personajes para preguntarnos qué es lo que incomoda, ¿dos personas amándose o toda una sociedad obligándolos a rechazar quienes son?
Gabriel Calderón
9 de junio de 2024
No hay comentarios:
Publicar un comentario