jueves, 27 de junio de 2024

Crítica: MAQUILLAGE


Revelaciones vigentes de la mano de Eielson

La noche suele ser el contexto propicio de situaciones poco comunes. Nos esconde en cierto encanto oscuro, que provoca más de una revelación a los personajes de Maquillage. Este montaje, del dramaturgo peruano Jorge Eduardo Eielson, fue representado en el Teatro Británico bajo la dirección de Carla Valdivia. Esta historia se ambienta en la ciudad de Lima: una familia atraviesa una noche de enfrentamiento con muchas verdades trascendentales. Este es el segundo estreno en Lima de esta obra, luego de los 100 años del nacimiento del autor. El elenco que da vida a esta historia estuvo conformado por Lita Baluarte, Eduardo Camino, Irene Eyzaguirre, Brayan Pinto y Jorge Villanueva.

La representación traslada al espectador a la noche rutinaria de una jornada laboral. Sin embargo, la escenografía multinivel ya nos da señales de lo atípica que será esta aparente interacción entre esposos. El montaje proponía grandeza escenográfica e interpretativa, pues los personajes no eran convencionales. Hubo un código corporal uniforme en todo el elenco, el cual provocaba en el espectador la sensación de estar viendo una situación de ensueño. El texto es exquisito, lo que supone un reto a nivel interpretative; los actores estuvieron a la altura de estas exigencias, conservando una concentración uniforme y adecuada en términos técnicos.

Muchas conversaciones trascendentales en una sola noche constituyen una situación apremiante, donde el público fue testigo oculto de las verdades de cada personaje. El espectador tuvo estímulos para estar conectado con la obra momento a momento, debido al lado humano de los personajes tan bien elaborado por Eielson. La dirección de Valdivia supo darle una interpretación vigente a la historia de esta familia que nos abrió las puertas a sus más inesperadas verdades.

No hay familia que esté libre de conflictos, y Eielson supo condensar un tótem de drama familiar en una obra de teatro. La sensibilidad del autor para exponer los escudos de defensa creados por cada personaje es digna de reconocimiento, además de suponer un texto vigente hoy en día. El público se lleva una experiencia apremiante de sensaciones, provocando inevitablemente identificación con más de una situación. Las causas de conflicto podrán variar entre familias, pero las reacciones humanas de estos personajes constituyen una figura empática para quien se aproxime a la obra. Esto evidencia, en consecuencia, un aspecto multipotencial del arte de Eielson.

Stefany Olivos

27 de junio de 2024

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