Cuestionamientos sobre la masculinidad: una posible respuesta
El Galpón de Pueblo Libre
dio lugar a la obra El rezo de los niños,
creación colectiva bajo la dirección de Malú Gil y la dirección adjunta de
Creyser Donayre. Los actores Pepo Cáceres y Jorge Black, a partir de sus
historias y testimonios, proponen un viaje creativo que busca cuestionar y
revisar la masculinidad. La representación consta de momentos distintos en los
que los actores interpretan distintos roles y situaciones, utilizando diversos
tipos de lenguajes escénicos momento a momento.
La propuesta evidencia el
uso de los propios testimonios de los actores, quieres supieron teatralizar el
material personal que entregaron a la obra. El uso de distintos lenguajes
escénicos se manifestó en el uso de elementos como un gran papel en el que
dibujaban durante la obra, o la representación de secuencias físicas que por sí
solas podían dar material de cuestionamiento al espectador. El uso del cuerpo
como objeto de significación fue un recurso recurrente en esta obra, dándole un
carácter performático a ciertas escenas.
Esta obra, en su búsqueda
de reflexionar la imagen del hombre y la masculinidad en la sociedad, recurre
al uso de desnudos en escena más de una vez. Se entiende que una de las
ocasiones se justifica con que los actores estaban explorando y comparando sus
propios cuerpos en una búsqueda de autoconocerse, dando la impresión de que son
niños jugando y descubriendo. Si bien se entendió el uso de este recurso,
considero que esa misma intención se pudo haber trabajado de una manera más efectiva
y menos expositiva, ya que ciertos gestos que los actores hacían con sus
cuerpos podían resultar invasivos para algunos espectadores.
La segunda vez que se
utiliza el desnudo en esta obra fue una escena particular: una especie de
exploración-safari por los lados recónditos que forman parte del disfrute
sexual masculino. Uno de los actores se encontraba totalmente desnudo de
espaldas al público y agachado, con luces enfocando una de las zonas íntimas
del actor. Esta escena particularmente no representó un valor agregado a la
obra, cuya intención de cuestionamiento y reflexión sobre la masculinidad ya
era clara y hasta cierto punto llevadera (especialmente después del primer desnudo).
Exponer de esa manera zonas tan íntimas del cuerpo son riesgos que pueden
funcionar y sumar a la obra, en definitiva, pero si no se maneja bien la
justificación y el valor que esto aporta al montaje, puede resultar grotesco,
sensacionalista e impuesto. Considero que, en este caso, menos hubiese sido
más.
Es interesante cómo el
teatro, entre todas las artes, es lugar de debate y cuestionamiento sobre la
masculinidad y feminidad. Entender que estos roles han sido enseñados de
generación en generación, y que en consecuencia han atravesado muchos
prejuicios en el proceso, es un logro. Bienvenidas sean todos estos intentos,
desde el arte y la valentía, por seguir esa búsqueda acerca de los roles que
conocemos en nuestra sociedad.
Stefany Olivos
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