Cómo los cuentos pueden ser el camino ideal para reflexionar sobre algún aspecto de nuestra vida.
En este caso, el
joven rey Arturo es interpretado de manera muy solvente por el narrador de
cuentos Francois Vallaeys, quien irradia siempre que le apasiona lo que hace en
escena; junto a la también narradora Briscila Degregori, tienen como importante
desafío el descubrir: “¿Qué quiere la
mujer?” Pero esto no será nada sencillo, porque lo que está en juego es su
propia vida, por aquella respuesta que tiene que pedírsela a una misteriosa
dama; no sin antes, como es de esperar, transitar por historias de los
distintos rincones de la tradición oral.
Acompañados de los
sonidos de Rafo Ráez y la voz de Gisela Pérez-Ruibal, definitivamente, la pieza
escénica te hace un viaje fantástico y onírico a través de cada cuento que te
deja una profunda reflexión sobre la vida, la muerte, la belleza, lo que
verdaderamente importa, y sobre todo, obviamente, qué es lo que busca la mujer.
Así, a través de estos milenarios y profundos cuentos, nos van conduciendo de
manera muy lúdica, tierna y sencilla a esa gran respuesta final.
La pieza teatral
está ejecutada con mucha energía, en un escenario con los espacios bien
distribuidos, con la puerta de fondo como división perfecta en lo que pasaba en
el escenario y lo que instalan en tu imaginación de lo que pasaba detrás de
aquella puerta; todo esto acompañado de elementos mínimos que junto a un gran
trabajo de luces y sombras dan como resultado esta magia que es la narración de
cuentos, en la que nuestra imaginación, al estar conectada, juega un papel
vinculante en el desarrollo de cada historia, haciendo que esperemos
expectantes y con ansias al final, para tan filosófica pregunta que seguro nos
ha perseguido por muchos años sobre la mujer.
Quizá lo más
significativo no fue tanto la respuesta final a la pregunta, sino cómo con cada
historia te llevaban según tu experiencia de vida o cómo lo interpretaban a
observar una parte de ti, si estabas abierto de corazón a recibirla. Y es que
siento que para eso son los cuentos finalmente, pues todos tenemos historias
que contar y a través de ellas podemos en gran medida cambiar las historias de
los que vienen. No dejemos de contar, como aquellos primeros seres humanos
reunidos juntos al fuego, que contando historias se vincularon y fortalecieron
aún más sus lazos.
Manuel Trujillo
4 de enero de 2023
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