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miércoles, 4 de enero de 2023

Crítica: ¿QUÉ QUIERE LA MUJER?


Cómo los cuentos pueden ser el camino ideal para reflexionar sobre algún aspecto de nuestra vida.

En este caso, el joven rey Arturo es interpretado de manera muy solvente por el narrador de cuentos Francois Vallaeys, quien irradia siempre que le apasiona lo que hace en escena; junto a la también narradora Briscila Degregori, tienen como importante desafío el descubrir: “¿Qué quiere la mujer?” Pero esto no será nada sencillo, porque lo que está en juego es su propia vida, por aquella respuesta que tiene que pedírsela a una misteriosa dama; no sin antes, como es de esperar, transitar por historias de los distintos rincones de la tradición oral.

Acompañados de los sonidos de Rafo Ráez y la voz de Gisela Pérez-Ruibal, definitivamente, la pieza escénica te hace un viaje fantástico y onírico a través de cada cuento que te deja una profunda reflexión sobre la vida, la muerte, la belleza, lo que verdaderamente importa, y sobre todo, obviamente, qué es lo que busca la mujer. Así, a través de estos milenarios y profundos cuentos, nos van conduciendo de manera muy lúdica, tierna y sencilla a esa gran respuesta final.

La pieza teatral está ejecutada con mucha energía, en un escenario con los espacios bien distribuidos, con la puerta de fondo como división perfecta en lo que pasaba en el escenario y lo que instalan en tu imaginación de lo que pasaba detrás de aquella puerta; todo esto acompañado de elementos mínimos que junto a un gran trabajo de luces y sombras dan como resultado esta magia que es la narración de cuentos, en la que nuestra imaginación, al estar conectada, juega un papel vinculante en el desarrollo de cada historia, haciendo que esperemos expectantes y con ansias al final, para tan filosófica pregunta que seguro nos ha perseguido por muchos años sobre la mujer.

Quizá lo más significativo no fue tanto la respuesta final a la pregunta, sino cómo con cada historia te llevaban según tu experiencia de vida o cómo lo interpretaban a observar una parte de ti, si estabas abierto de corazón a recibirla. Y es que siento que para eso son los cuentos finalmente, pues todos tenemos historias que contar y a través de ellas podemos en gran medida cambiar las historias de los que vienen. No dejemos de contar, como aquellos primeros seres humanos reunidos juntos al fuego, que contando historias se vincularon y fortalecieron aún más sus lazos.

Manuel Trujillo

4 de enero de 2023

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