domingo, 15 de enero de 2023

Crítica: LA CAUTIVA


Conmovedor e imprescindible clásico peruano

Estrenada en el 2014, La cautiva fue, sin duda, un espectáculo “rompedor” a todo nivel. No solo la cruda pero lírica dramaturgia de Luis Alberto León y la inspiradísima dirección de Chela De Ferrari llamaron la atención, sino además el hecho de presentarse en un teatro de Miraflores, uno que por lo menos hasta ese año no era muy pródigo en estrenos nacionales, una historia ubicada en el convulsionado Ayacucho de los años ochenta, en pleno conflicto armado interno. La puesta en escena fue unánimemente aplaudida por público y crítica y recibió además, ciertamente como un valor adicional, una investigación por parte de la Dircote al año siguiente por un supuesto delito de apología al terrorismo. Todo ello la convirtió, por derecho propio, en uno de los textos teatrales de referencia obligatoria de la década del 2010.

Pues bien, finalizando el año del regreso a la presencialidad, el Teatro La Plaza acertó en reponer La cautiva, pieza ganadora del concurso de Nueva Dramaturgia Sala de Parto 2013, con sutiles cambios desde la dirección en relación a la puesta original, sin perder ni un ápice de su contundencia y vigencia como libre creación ficticia, basada en hechos absolutamente reales. En una oscura y perturbadora morgue ayacuchana, el cadáver de la adolescente María Josefa “despertará” antes de ser examinada por un joven y sorprendido perito; lo que ella ignora es que pronto será víctima de necrofilia por parte de un capitán y su tropa. Los excesos de la guerra son retratados en todo su horror, encontrando un ingenioso escape con los “preparativos” de la fiesta de quince años de la muchacha.

Los sólidos Luis Acuña y Paco Varela se integran al elenco de manera apropiada y Emilram Cossío retoma su papel de sádico capitán en gran forma. Pero la mayor atracción del montaje recae en la actuación de Nidia Bermejo, quien sigue siendo la misma enérgica y carismática adolescente María Josefa, en el que acaso sea el papel de su vida. Con los nombres reales de las numerosas víctimas de la época del terrorismo, escritos en la pared del foro por los mismos familiares, La cautiva es un grito desgarrador y emotivo, que refleja el abandono al que se le condenó a una gran cantidad de peruanos y cuya historia no deberíamos estar dispuestos a repetir.

Sergio Velarde

15 de enero de 2023

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