sábado, 16 de julio de 2022

Crítica: TRUCOS PARA VER EN LA OSCURIDAD


Bitácora pandémica de un estreno postergado

Uno de los referentes obligados del teatro testimonial en nuestro país es, sin duda, la dramaturga y directora Mariana de Althaus. Desde Criadero (2011), pasando por Padre nuestro (2013) y Pájaros en llamas (2017), hasta Teatro Inmune (en tiempos de aislamiento) (2020), De Althaus ha explorado con éxito historias reales, desde temas domésticos como las vicisitudes de la maternidad hasta la pérdida de familiares en accidentes aéreos, para exponerlas de manera estilizada y atinada sobre el escenario, incluso el virtual. El límite entre la ficción y la no ficción se desdibuja y es el público el que sale beneficiado, con espectáculos que tocan sus fibras más íntimas y sensibles, con mucho más contundencia que otras historias de autores ajenos. Es por ello que su última propuesta escénica, el unipersonal Trucos para ver en la oscuridad, cala hondo en el espectador, pues nadie puede permanecer indiferente hacia una realidad que nos ha tocado a todos por igual.

Y es que De Althaus se basa, para esta creación, en su propia experiencia profesional y personal antes, durante y después del confinamiento, en el que todos (absolutamente todos) nuestros propios proyectos fueron postergados, abortados o reinventados. Como cualquier otra persona, fue el miedo que sentimos todos, al ver nuestras vidas trastocadas ante la crisis sanitaria, el sentimiento que prevaleció, especialmente en los artistas. La autora y directora se vale del esmerado trabajo de la actriz que la interpreta (una magistral Alejandra Guerra que llena por completo el escenario vacío), para contar su propia historia con las páginas de su diario proyectadas en el foro. Esta trama de la obra postergada por pandemia, y que estamos presenciando en tiempo real, se encuentra hábilmente estructurada con hechos reales y concretos, así como con algunos (quién sabe cuántos) detalles reimaginados o exagerados, como aquellas supuestas funciones teatrales prohibidas, por ejemplo.

Trucos para ver en la oscuridad, autoficción metateatral con un inmejorable título metafórico, presentada por el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú, no solo resulta ser un sólido vehículo de catarsis tanto para la creadora, la actriz y el espectador, sino que se consolida como uno de los más inspirados y valiosos espectáculos teatrales en temporada y demuestra una vez más las enormes posibilidades del teatro testimonial como estrategia dramatúrgica para la creación de experiencias únicas en el espectador. Bien por De Althaus en su perseverancia por ofrecer propuestas escénicas que impacten en el público y que además, consigan una inmediata identificación.

Sergio Velarde

16 de julio de 2022

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