lunes, 11 de julio de 2022

Crítica: PRIMER FESTIVAL DE TEATRO INDEPENDIENTE DESAMORES


Las (des)variadas formas del amor

Teniendo como escenario la Asociación de Artistas Aficionados, se llevó a cabo el mes pasado y con inusitado éxito el Primer Festival de Teatro Independiente DesAmores, en el que se estrenaron cinco espectáculos teatrales que giraban en torno a este sentimiento tan contradictorio, inesperado y especial. Oficio Crítico alcanzó a ver cuatro de estas interesantes propuestas, las que reafirman el empeño y el riesgo asumido por sus creadores para alcanzar así el alto promedio de calidad que vienen ofreciendo los recientes espectáculos escénicos presenciales, en este nuevo renacer teatral luego del cierre de espacios por la crisis sanitaria.

La joven artista Mónica Talavera escribe y protagoniza La historia más bonita de amor, una obra que hábilmente revierte el tono “dulzón” del título para convertirse en una verdadera terapia en escena, en la que Mariana (Talavera) intentará recuperarse, a través de la experiencia teatral, de una dolorosa decepción amorosa. Para ello cuenta con un sólido elenco de amigos actores (Diego Salinas, Augusto Gutiérrez y Natalia Bonifaz), quienes interpretan al resto de personajes en la historia. El director Roberto Vigo le insufla energía y humor a una trama acaso algo dilatada en su número de secuencias, pero que depara muchos momentos sorprendentes, especialmente cuando la toxicidad en el personaje de Salinas se torna inquietante por momentos.

De otro lado, dos autores dirigieron sus propios textos con sólidos resultados. Aldo Sánchez explora la insana mente de un guionista con una severa crisis de creatividad (Neshken Madueño) en Una mirada atrás; en medio de pesadillas y recuerdos cargados de un fuerte surrealismo, destaca la relación tan especial de este hombre con su madre (Ximena Arroyo). Y Joan Manuel Girón propone en Quiéreme un poquito más un convincente triángulo amoroso (Madueño, Talavera y Abril Cárdenas), en el que los personajes sufren encuentros y desencuentros afectivos en medio de temores, frustraciones y el permanente miedo al compromiso. Son dos propuestas escénicas que exploran, cada una a su manera, muchas de las posibilidades creativas alrededor de las relaciones afectivas.

Finalmente, la sorprendente Las niñas de Cárdenas inicia con la presentación de un colorido aquelarre y los distintos dones que poseen sus integrantes, en medio de un espacio y tiempo real-maravilloso; sin embargo, conforme afloran las personalidades y los oscuros secretos de cada una de estas brujas, los conflictos y sus escabrosas consecuencias no tardan en aparecer. La dirección de Girón consigue estética y fluidez durante todo el espectáculo y se evidencia un especial cuidado en algunas truculentas secuencias, muy bien manejadas. Excelente el trabajo en conjunto de Cárdenas, Arroyo, Bonifaz, Tania López y Camila Santo; así como el de la Cárdenas dramaturga, quien logra un pertinente paralelo con nuestra realidad y el estado de vulnerabilidad que sufren muchas mujeres en nuestro país. Este Primer Festival de Teatro Independiente DesAmores, con la producción ejecutiva de Ximena Aguilar y el apoyo de sus gestores, fue una valiosa oportunidad de conocer novedosas propuestas de jóvenes creadores y el gran talento que de seguro seguirán evidenciando en el futuro.

Sergio Velarde

11 de julio de 2022

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