viernes, 8 de julio de 2022

Crítica: GAY PLAY


Con orgullo y sin prejuicios  

Visiblemente emocionada, la directora Nella ‘Samoa’ Alvarez comentaba, en el escenario del Teatro Julieta al término de la última función, el gran desafío que significó el haber estrenado en la capital la pieza Gay Play, escrita y co-dirigida por Gonzalo Rodriguez Risco, ya que incluso el mismo nombre de la obra jugaba en contra al momento de conseguir financiamiento para su producción. Razón no le falta a Alvarez, ya que lamentablemente vivimos en una sociedad (aún) profundamente machista, tradicional (en el peor sentido de la palabra) y por supuesto, discriminadora. Es por ello que el excelente resultado presentado en escena no solo es una muestra más del muy buen nivel que exhibe la mayoría de las puestas presenciales en la actualidad, sino que constituye todo un acto de compromiso y resistencia que debe ser aplaudido, sin duda.

Estrenada hace 11 años en Estados Unidos y presentada por primera vez en nuestro país, Gay Play no ha perdido un ápice de pertinencia y vigencia. Dividida en dos partes bien definidas, primero conocemos y nos involucramos en la genuina amistad entre la superestrella de drag Didi Coquette (Gerson del Carpio) y el tímido Reynaldo (Brayan Pinto) en medio de coloridas música, canciones y coreografías ad hoc, para luego enterarnos que este último esconde un secreto que bien podría provocar una ruptura en su relación. Como toda puesta presencial de Samoa Producciones, los lenguajes cinematográfico y teatral se complementan de manera coherente y acertada, desde los créditos de inicio y final en la pantalla del foro, hasta el aprovechamiento de las escaleras y la puerta de ingreso para ciertas acciones.

En el apartado de las actuaciones, Del Carpio se luce con un personaje lleno de energía, vitalidad y sobre todo, humanidad. Por su parte, Pinto destaca por su versatilidad, es divertido y conmovedor de acuerdo a la ocasión. El acompañamiento permanente y virtual de las tres bailarinas y la aparición del stripper Fernando Villena suman al montaje. Esta (la primera de muchas, ojalá) temporada de Gay Play constituye todo un acierto en varios niveles: no solo se trata de un espectáculo estilizado y divertido, sino que llama a la oportuna reflexión en los espectadores acerca de una comunidad que necesita ser escuchada y visibilizada, con mucho orgullo y sin prejuicios.

Sergio Velarde

8 de julio de 2022

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