Los riesgos que no se pierden
Si hay algo que caracteriza a las muestras del último año de
actuación del Club de Teatro de Lima es el riesgo que asumen elenco y director,
al momento de elegir el proyecto a mostrar. Pareciera que no existen límites en
cuanto al fondo y forma de sus propuestas, lo cual sorprendentemente casi
siempre juega a favor del trabajo mostrado. Pues bien, en tiempos pandémicos
resultaba lógico que los nuevos egresados exploraran las diversas historias que
hemos visto o vivido todos encerrados en cuarentena. Con dramaturgia y dirección
de Paco Caparó, nueve nóveles actores se encargan de presentar contundentes
dramas urbanos que no se quedan en la mera anécdota.
El universo que esboza Las
sombras de al lado nos toca muy de cerca y se enriquece de nuestra propia (e
incómoda) historia como sociedad: contagiados que intentan conseguir ayuda en
hospitales, personal de salud con sus propios problemas existenciales, familias
disfuncionales afectadas por la rutina del encierro, vecinos que deben convivir
con la irresponsabilidad y la paranoia, o jóvenes comprometidos que salen a
marchar para ser reprimidos a la fuerza. Y cuando parece que las tramas no dan
para más, pues la puesta arriesga con epílogos extraterrenales que saca bajo la
manga. Las secuencias más logradas: el conflicto emocional entre el joven que
sale a marchar y el policía que lo abate; y el desgarrador final de dos vecinos
víctimas del temido virus.
La obra de Caparó intercala actuación en vivo con escenas
pregrabadas, consiguiendo un ritmo fluido que no decae en ningún momento. Los escasos
traspiés de audio y video no afectan el resultado final. El fondo de periódicos
resuelve acertadamente ciertas escenas, quedando clara la convención. Todos los
intérpretes, María Paz Milla, Renee Cabrera, Mónica Pacheco, Flor Hernández,
Omar Chaparro, Renato Donayre, Diego Amacifuén, Jessenia Espinoza y Arom
Castillejo, realizan un encomiable trabajo, defendiendo cada uno a sus
personajes. Las sombras de al lado,
muestra final del Club de Teatro, no decepciona en el riesgo asumido y fomenta en
sus egresados a no temer abordar historias incómodas, pues el arte debería
servir para arriesgar, reflexionar e incomodar.
Sergio Velarde
23 de junio de 2021
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