martes, 1 de junio de 2021

Crítica: CASO LUCIANA


Voces que susurran al oído

Pasatiempo Teatro decidió arriesgar y apostó por una interesante temática paranormal. Con el texto y la dirección de Vanessa Moreno, llegó a la virtualidad Caso Luciana, una peculiar microobra que nos mantuvo en suspenso durante los 30 minutos aproximadamente de duración, a través de la ya conocida y muy usada plataforma Zoom.

Los actores encargados de dar vida a esta espeluznante historia fueron Kukuli Morante, Katia Salazar, Jano Baca, Alejandra Saba y José Dammert. Caso Luciana relata la historia de un grupo de especialistas, dentro de los cuales pudimos distinguir claramente a una psicóloga (Salazar), además de dos hermanos (Dammert y Saba) y un tercer personaje (Baca), aparentemente también expertos en el tema y acostumbrados a realizar transmisiones en vivo de hechos paranormales, pero esta vez tendrían que analizar un caso en particular, el de Luciana (Morante), a fin de determinar que está sucediendo con ella realmente.

Si bien las interpretaciones estuvieron bien representadas por cada uno de los actores, cabe resaltar dos en particular, las de Salazar y Morante, pues desde el inicio de la obra nos envolvieron con sus actuaciones, cada una metida de lleno en su personaje. La primera representando con total naturalidad a una psicóloga, preocupada por querer ayudar a su paciente y la segunda, durante toda la transmisión, nos mostró el trabajo que tuvo que hacer para crear y encarnar de manera impecable al personaje que representaba, con acciones claras, cambios de emociones correctos, pasando de la calma a la desesperación con total sinceridad, sumado a ello el buen trabajo de cuerpo que se reflejó en alguna parte de la obra, simulando que estaba siendo atacada por algún ente.

Además, fue interesante y positivo ver desde antes de iniciar la historia cómo iban introduciendo al público al tema de lo paranormal, mostrando algunos videos donde supuestamente se percibía presencia de algún fenómeno extraño de movimiento de objetos, acompañado de un fondo musical que iba acorde con el tema.

Los vestuarios, la decoración de los espacios, la utilería y las luces que usaron para el desarrollo de esta microobra estuvieron bien seleccionados, también contribuyeron considerablemente a la puesta en escena. Asimismo, se intentó jugar con las vistas que usualmente encontramos en Zoom (vista galería y vista del hablante) si bien le puede dar dinamismo a la obra, también puede jugar en contra, pues al tratarse de un tema no convencional, se perdieron detalles en cuanto a las reacciones de la persona que no veíamos en pantalla.

Definitivamente, una historia que nos hizo saltar de miedo en algunos momentos, actuaciones claras y una buena dirección, la misma que se notó a lo largo de la transmisión; también resaltamos la creatividad que tuvieron para lograr algunos efectos dentro del en vivo. Sin embargo, se percibió vacíos, al aparecer en varios momentos pantallas negras innecesarias, pero podemos entender que fueron problemas técnicos, que debido al medio al que nos vemos envueltos, nunca faltan.

Milagros Guevara

1º de junio de 2021

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