Ella y él
El llamado Teatro virtual ha permitido que
podamos ver diversas obras a nivel mundial. En esta oportunidad, pudimos
disfrutar de Disforia. Una microobra española, con texto de Ángel Serrano Laguna,
dirigida por José Luis Espinoza y los encargados de darle vida a esta genial
puesta en escena son Cecilia Voter (peruana) y Noam de la Rosa (español).
Con un escenario minimalista y completamente
vestidos de negro, ella y él aparecen en el mismo espacio. Ella, sentada sobre una
cómoda silla, pero con la cabeza agachada; él, pensativo, echado en el piso y
con la cabeza recostada sobre un pequeño banco. Parece que ambos personajes están
por entablar una conversación un poco acalorada, pero poco a poco la transición
se iba dando, hasta mostrarnos que se trataba de una sola persona. Disforia nos
presenta, de manera clara y original, la conversación interna de un personaje
transgénero, con el único propósito de mostrar lo que le sucede a este, cuando habla
o discute consigo mismo. Donde perfectamente cualquiera puede verse asociado
con el conflicto que se muestra a lo largo de estos 15 minutos aproximados de
duración.
En cuanto a las actuaciones, podemos decir
que estuvieron muy bien representadas. A ambos actores se les notó en todo
momento dentro de sus personajes, actuando de manera natural y verdadera, interactuando
orgánicamente uno con el otro; pues como se dijo al inicio, se trataba de una
sola persona. Incluso, uno de los personajes supo resolver sin mayor
dificultad, cuando en algún momento se cae el teléfono, lo cual nos hizo sentir
aun más cerca del teatro, porque son cosas que suceden en vivo.
Asimismo, podemos decir que Disforia tuvo
una buena dirección, pues no solo se reflejó en el desarrollo de la obra, sino también
en el buen uso de algunos recursos audiovisuales, como planos de cámaras
distintos, sumando positivamente al desarrollo de esta, pudiendo disfrutar de algunos
detalles en cuanto a movimientos, gestos y reacciones, gracias a los primeros
planos que se mostraron en algunos momentos de la puesta en escena. Finalizando
con una melodía que complementó de manera apropiada esta espectacular microobra.
En general, podemos comentar que se
consiguió el objetivo, logrando que el espectador entienda, se involucre y se
conecte en todo momento, no solo con los actores, sino con la historia en
general. Al finalizar la obra, fue interesante escuchar un coloquio conformado
por los actores, el director, Lara (transexual) y Lola (madre de Lara), en donde
el tema principal fue conversar si existe un modelo de familia, rescatando lo
fundamental e importante que es sentir el apoyo de esta en estos temas.
Milagros Guevara
25 de abril de 2021
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