Cuidado con las adaptaciones a la virtualidad
El confinamiento al que nos tiene
condenados la pandemia ha provocado dos tipos claros de espectáculos virtuales:
los que son escritos especialmente para estos tiempos en streaming y aquellos
que son adaptaciones de obras presenciales para la virtualidad. En estos épocas,
acaso las mayores dificultades, tanto de formas como de contenido, las enfrente
el segundo grupo. Una salida plausible resultan siempre las lecturas
dramatizadas; sin embargo, al pretender llevar a la pantalla de manera
fidedigna una historia escrita especialmente para teatro presencial, deben
tomarse en cuenta muchas consideraciones no solo para no perder el espíritu del
original, sino además para que la puesta sea entretenida y luzca convincente o
por lo menos, probable. Lamentablemente, El Joker, presentada por Sagrada
Producciones, no logra acomodarse del todo al mundo virtual, a pesar de sus
innegables aciertos.
Es ya sabido que para captar la atención
del espectador, que se halla en su casa en medio de un sinnúmero de
distracciones, los proyectos virtuales deben tener en cuenta su duración y
además, el manejo de los dispositivos. En El Joker del autor Jean-Pierre
Martinez, tenemos una historia dilatada y discursiva (un joven guionista sin
inspiración que recibe la misteriosa visita de un reparador informático) y que
además, mantiene una perspectiva de cámara estática durante toda su duración.
También se intenta sugerir sin éxito que por lo menos dos personajes comparten
el mismo espacio, estando los actores evidentemente en lugares diferentes. El
afiche promocional también es engañoso: el maquillaje del personaje del técnico
remite a la famosa película del mismo título con Joaquin Phoenix, que por
cierto, no guarda ningún tipo de relación con la obra en cuestión. Incluso
viendo fotografías de un montaje anterior del 2015, este personaje se asocia
más al bufón o comodín de los naipes.
En todo caso, El Joker 2021 destaca por el
trabajo de José Sheen en la dirección de actores. Renato Bermúdez, como el
guionista, va ganando seguridad y veracidad a lo largo de la historia hasta el
conmovedor final; mientras que Lucía Barbarossa, como su novia, luce impecable.
Mención aparte para la caracterización que enfrenta Carlos Thornton, un actor
que dedicó buena parte de su carrera a la televisión y que aquí sorprende con
una ingeniosa actuación: luego de abandonar los espectadores la idea que
veríamos una variante del personaje de Phoenix, Thornton construye con voz y
gestos a un Joker inquietante y sarcástico, manteniendo el suspenso hasta el
revelador final. Sagrada Producciones podría apostar en el futuro por llevar a la pantalla textos escritos expresamente para la virtualidad.
Sergio Velarde
20 de abril de 2021
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