The Peruvian Spelling Bee
Concurso de Deletreo (Spelling Bee), el Musical, producido por ZonArt y con la dirección de Henry Gurmendi es una curiosa
puesta en escena en donde la creatividad, el buen humor y la espontaneidad son la
marca principal. El montaje es de dramaturgia original de Gurmendi y como menciona
el productor y actor Oswaldo Mariño, "se basa en los concursos de deletreo de
colegios en otros países, costumbre bastante rara o inexistente en Perú". Es
interesante que la inspiración de los personajes tiene características muy
anglosajonas por sus nombres y vestimentas. Los niños son Barfee (Gerson Romero),
Olive (Natali Muñoz), Chip (Alfie Carrillo), Schwarzy (Ángeles Sosa), Marcy (Kali
Granados) y Coneybear (Oleck Chlebowki), además de las actuaciones del guardia
(Mariño) y los simpáticos jurados del concurso (Brayan Vílchez y Paola
Boggio). La acción dramática es muy simple: una serie de jóvenes escolares
compiten en el Spelling Bee local, pero tendrán que enfrentar a sus miedos
internos que los hará cuestionar a cada uno, la complejidad de una competencia y
rescatar el valor de la amistad y la verdad sobre todo.
Espacio Cultural D’art es un lugar nuevo,
pero con una muy buena organización. La función comenzó con mucha puntualidad y
orden. El espacio es pequeño, apenas ideal para 35 personas. El escenario
contaba con una iluminación perfecta, luces hacia el final del escenario y al comienzo de este; de igual manera, la utilería consistió en una tabla y sillas
para los concursantes y al otro extremo, la mesa de los jurados y un trofeo para
el ganador. El vestuario de los actores es muy bueno, la calidad y color de las
telas son resaltantes, pero el concepto escénico dejaba un poco de extrañeza,
pues tenían muchas características anglosajonas. Algunos personajes me hicieron
recordar a los protagonistas de la antigua serie estadounidense La Pandilla: los
pequeños traviesos, en especial Barfee (Gerson Romero) muy parecido al popular
Alfalfa Switzer.
El montaje fue muy atractivo desde el punto
de vista musical y actoral. En primer lugar, todos los niños cuentan con un
musical propio, en el cual reflexionan sobre los diversos conflictos con sus
padres o adultos acerca del concurso. Lo importante es que los actores lo
interpretan con su voz original y demuestran una técnica vocal que, si bien no
se puede corresponder al de un profesional soprano, definitivamente sí es bella
y de un estudiante disciplinado del teatro musical, ¡felicitaciones a los
actores por eso! En ningún momento alguno demostró algún rasgo de
improvisación en el canto o los comunes "gallos". De todos, destacó en primer
lugar Muñoz, sobre todo cuando su personaje se reencuentra con sus
padres; este momento fue una escena altamente conmovedora y la actriz demostró una
voz limpia y clara; y en segundo lugar, la jueza Boggio, que en todos
los momentos que le tocó participar, demostró una gran fuerza en la modulación de su voz,
así como una gran energía.
Por el lado de las actuaciones, resaltó la presencia escénica de Vílchez. El año pasado, tuve la oportunidad de conocer
su trabajo en Amor con Humor, en donde representó un rol secundario. Vílchez tiene
mucho talento para el humor; sus gestos y voz generaron mucha empatía con el
público en aquella ocasión, y desde aquella oportunidad se debe decir que ha
mejorado muchísimo su presencia actoral. De hecho, su actuación fue la que más
risas generó entre el público. Va camino a volverse a un gran actor, pero me
pregunto si aún no ha asumido el reto de representar roles más dramáticos y de
complejidades y/o contradicciones psicológicas más profundas. También debo de
señalar a Chlebowki, quien representó muy bien al niño engreído, pero a la
vez tenaz de Coneybear, donde hizo mucho uso de su cuerpo. Me quedó la duda de
por qué en la segunda escena, luego del intermedio, la escenografía fue la
misma, así como la vestimenta de los personajes. Al final, se representó una coreografía colectiva muy simpática y coordinada; sin embargo, me hubiese
gustado ver en el cierre una enseñanza o lección más profunda.
Definitivamente, Concurso de Deletreo, el Musical es una puesta en escena muy entretenida que se puede resumir en un esfuerzo colectivo y
original por hacer teatro con pasión. La música fue en vivo, y eso
siempre es de resaltar. El montaje es recomendable por el esfuerzo que ponen
los actores y no decepcionan para nada. Están en temporada corta, todos
los sábados y domingos hasta el 8 de marzo.
Enrique Pacheco
16 de febrero de 2020
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