Super PB y sus poderes para grandes y chicos
La Asociación Cultural “Palosanto” está presentando la obra
Super PB y los contaminadores, escrita y dirigida por Ismael Contreras en el
Centro Cultural CAFAE–SE. El Payaso Besucón se convierte en un moderno súper
héroe, Súper PB, quien desde su “huarique” recibe las llamadas de quienes
tienen problemas contaminantes. Durante la obra se dan varios casos en los que
el superhéroe interviene. Por ejemplo, una vicuña que teme su extinción y ve
peligrar su presencia en el escudo nacional. También están los vecinos de
Pufipufi, quienes sufren por la falta del recojo de la basura. Uno de los
auxiliados es Delfinito, cuyo padre está en peligro por tragarse una bolsa plástica.
Finalmente, acude por auxilio Ángel Caído, quien tiene las alas quemadas por
culpa del calentamiento global.
La experiencia empieza con la calurosa bienvenida del
director, quien de manera lúdica introduce al público a lo que están a punto de
presenciar. Las dos primeras filas de butacas son exclusivamente para niños,
quienes emocionados se separan de sus padres para matar la curiosidad sobre qué
es lo que va a suceder en aquel
escenario. Así se inicia el acercamiento a Súper PB y los contaminadores, con
una explicación de los elementos que conforman lo que algunos niños empiezan a
reconocer como teatro. Este preludio es una forma muy certera para iniciar una
obra de teatro para niños, pues les crea mucha expectativa y les invita a
prestar toda la atención posible a la representación.
La propuesta escénica está compuesta por elementos de teatro
de luz negra, además de una estética que
evoca al cómic. Es por esa razón que se utiliza un fondo negro que abarca el
segundo y tercer plano del escenario. El “huarique” del superhéroe es el lugar
donde recibe las llamadas de auxilio. Este se ubica en el lado izquierdo del
primer plano y es representado por una tela con un agujero. En el lado derecho, una tela homóloga cumplía el lugar desde el que realizaban
las llamadas de auxilio. Estas convenciones fueron muy acertadas para el
montaje, pues había necesidad de diferenciar muchos espacios por los que iban
transcurriendo las aventuras del héroe.
Los elementos de teatro de luz negra fueron insertados en la
obra con el fin de crear efectos especiales como, por ejemplo, el vuelo del
Payaso Besucón, los ataques de besos donde se veían labios gigantes flotando en
el espacio, efectos especiales como el nado de distintos animales, entre otros
muchos casos donde el teatro de luz negra fue certeramente utilizado para la
representación. Tanto la elaboración de dichos elementos como su respectivo
manejo en escena fueron desempeñados con mucha precisión, aportando a la
creación de atmósferas muy estimulantes. El vestuario de los actores estuvo
diseñado bajo una estética llena de color, parecían personajes de cómic sacados
en carne y hueso.
El trabajo de construcción de personajes estuvo lleno de
detalles en todo el elenco, destacando los personajes de Súper PB (Alejandro
Tagle) y Pufipufi (Yonel Saavedra). En primer lugar, la corporalidad tan
precisa y diferenciada que parecía estar viendo dibujos animados en vivo. La
voz que hallaron para cada personaje, además del manejo del texto, fueron parte
de un evidente trabajo engranado y minucioso por parte de los actores. Un
aspecto importante e igualmente rescatable es cómo los actores interactuaban
con el público. Lidiaron con precisión los imprevistos propios de un espectáculo
para niños, como cuando algunos suben al escenario, los gritos muy fuertes, etcétera.
Esta obra, de manera sencilla, estimulante y entretenida,
enfoca un tema muy serio y actual: la contaminación del medio ambiente. Las
herramientas que utiliza permiten a los niños identificar fácilmente
la gravedad del asunto. A través de juegos, canciones y humor, tanto grandes y
chicos son parte de una experiencia con un mensaje universal: debemos hacernos
cargo personalmente de los problemas ambientales actuales.
Stefany Olivos
16 de febrero de 2020
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