Distopía extrema
El Centro Cultural de la Universidad de Lima viene
presentando la obra Zombi, ganadora del concurso de dramaturgia “Teatro Lab”,
escrita por Daniel Dillon y dirigida por Carlos Tolentino Giuria.
Ambientada en el año 2041, el texto de Dillon refleja la
desolación y extremo de una sociedad, devastada por la proliferación de
enfermedades, la destrucción del ecosistema y la consecuente deshumanización de
sus habitantes. El canibalismo se convierte en una forma de supervivencia, la
ciudad está dividida; entonces, una mujer que vive en la pobreza encuentra a
Arón, un joven de buena posición que deambula herido, cargando consigo un
estigma macabro (devorar sesos humanos).
Zombi logra un
montaje bastante descriptivo, acondicionado en dos niveles: uno, para la zona
paupérrima; y otro, que alude al confort de la zona de vivienda. Con un amplio
uso de material audiovisual, aunado a un diseño de iluminación preciso, se
recrea una distopía futurista en escena. Además, cada elemento de utilería fue
aprovechado por los actores.
Actualmente, se están abordando con mayor fuerza en la
escena teatral los temas relacionados al futuro que nos espera, desde una
perspectiva post-apocalíptica (nada deseable) que parece no ser ajena a las
circunstancias que nos rodean (calentamiento global, lucha de poderes, el
índice de pobreza que incrementa en ciertos países, entre otros factores). En esta
puesta, la idea que propone el texto es la degradación de los seres humanos,
cuando no tienen más que esperar de la vida, lo cual hace que la relación entre
este joven y esta mujer aparezca como un último recurso para sobrevivir. Los
pensamientos (en la obra) son un recurso utilizado por los personajes para
recordar quienes fueron y en quienes se han convertido.
El elenco está conformado por Stephanie Orúe, Joel Soria,
Renato Medina y José Miguel Arbulú, quienes lograron construir a sus personajes
correctamente, manejando el movimiento y juego escénico con solidez. Sin
embargo, considero que en los momentos en los que se rompe la cuarta pared,
debía desacelerarse el ritmo del texto (teniendo en cuenta que la obra tiene su
propia dinámica), ello para mantener el tono intenso y el suspenso que sugiere
la propuesta.
Cabe mencionar la iniciativa del proyecto Transmedia,
realizado por el Centro Cultural de la Universidad de Lima, que termina de
cerrar el engranaje que empezó con la obra, ofreciendo en diversas plataformas
digitales el contenido relacionado con la temática futurista.
Maria Cristina Mory Cárdenas
10 de noviembre de 2018
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