viernes, 27 de abril de 2018

Colaboración especial: CLASE MAESTRA


CON MAURICIO KARTUN

"El artista solo hace cosas interesantes cuando hace lo que no sabe.” 
H.M.

“Un cuadro es una sucesión de destrucción. Hacer algo implica romper.”
P. Picasso

La noche del 25 de abril a las 8 pm, teniendo como sede el Teatro La Plaza y bajo la producción de “Sala de parto 2017”, el dramaturgo y director Mauricio Kartun tuvo a cargo una clase maestra sobre la necesidad de errar para la creación. Dicho evento convocó a muchos creadores en un suceso, donde el tema principal pasaba por el “errar y corregir como una inseparable dialéctica productiva”, en una clase titulada "Corregir creando, crear corrigiendo. Un elogio del errar en la creación artística." Entre los asistentes: estudiantes, jóvenes aspirantes a dramaturgos, actores profesionales, dramaturgos peruanos, directores de teatro independiente y de texto. Toda una variedad de personalidades del medio.

Para desarrollar el tema, el autor se vale de algunas anclas que le permiten llevar la clase de una manera fluida pero ordenada. El error, la corrección o decantación están entendidas en su función dialéctica, en tanto una produce y necesita de la obra para crear.

La primera y eje motor de la clase fue:
El error:

El autor reflexiona sobre la carga peyorativa que la sociedad impone al error. Hoy en día, en esta sociedad compulsiva de reproducción, es una revolución dar tiempo para errar. Ese es el continuo origen del arte de lo nuevo. El artista no solo convierte la materia en poética; que invita hoy a la pausa, al encuentro, etc.

Kartun señala que “hacer arte es estar contra sistema. Los artistas establecemos un lugar en donde nos permitimos equivocar. Tiene que ver con una manera de entender el trabajo artístico en su singularidad. La acción de un artista es siempre contra sistema, la simple hipótesis de aceptar en empezar una tarea pensando en que te va ir mal y lo vas a dejar; o que te va ir mal y lo tienes que cambiar. Es simplemente impensable en cualquier otro estamento del sistema. El artista trabaja instalando un sistema que es el trabajo sobre el error. Entender que toda exigencia de acertar es solo posible en la medida que se repite. Pero que toda posibilidad de hacer algo que no está contemplado en leyes anteriores supone el paso por el error. Que en caso, aquella posibilidad de pasar por el error no se compadece de la angustia que recae en pensar que equivocarse está mal. A veces cuesta entenderlo.”

Sobre el termino ERROR, precisa que “el origen de error es: errar, vagar; el trabajo del artista es andar, errar. Cualquiera que quiera pensar debe caminar. Cuando nos centramos en aquel acto narcisista de los límites de nuestro YO, no es un lugar para crear".

Señala también sobre el término de la palabra ACERTAR, que “acertar viene de la palabra cierto, es proveniente de la palabra cernir, decantar. Lo interesante del cernidor es que si bien quedan divididos, una cosa de la otra, quedan las dos. Está el error y el acierto sin comprender que una contiene a la otra.”

Según Kartun, uno de las primeras tareas del artista es “familiarizarse con el error, para poder observar en el proceso y seleccionar.”

Nos recuerda, también, que el gran aporte del teatro es volvernos a encontrar sin mediaciones tecnológicas. Señala que “frente a la hipótesis de la comunicación actual, el hombre sigue encontrándose bajo el rito del contar alrededor del fuego. Hoy hemos empezado a vivir y recibir relatos en soledad.”

Ante todo ello, la presencia del actor y su trabajo es descrito como “milagroso” y continúa: “Ir a ver teatro es un acto de revalorar la memoria.” No sin dejar de contarnos, en medio de anécdotas sobre su infancia y el colegio, aquel miedo fundado por la educación. Y aquel rechazo con el que se nos conduce y perfila para temer a errar o perder desde pequeños.

Errar es el primer punto en aquella estructura que ordena esta clase. El fracaso como detonante para crear. Kartun nos cita a Heiner Müller: “El artista solo hace cosas interesantes cuando hace lo que no sabe.” Aquel desequilibrio y conflicto, aquel principio de incertidumbre que puede resultar angustiante, al final genera algo nuevo.

El Corregir:

El segundo paso es CORREGIR, y este implica pensar claramente aquel flujo creativo y decantar. Para ello nos cuenta su técnica personal, para saber que decantar. Esta pasa por reconocer aquel “fragmento virtuoso” o “material con aura”, como él lo llama. De este modo lo lleva a descubrir que “todo aquello que queda fuera del fragmento virtuoso es error.”

La creación está compuesta por dos momentos o dualidades; que sin más, nos recuerdan al paradigma de los griegos que señalaban lo dionisiaco y lo apolíneo. Uno como aquella festividad de la embriagues o flujo de caos, y otro como aquel equilibrio en base al orden de aquel caos donde se hallaba el conocimiento. Estos dos momentos, según Nietzsche, ya entonces los pensaba desde el arte. Aun cuando la perfección en este, es tan compleja como el equilibrar un ser humano.

El flujo para Kartun está relacionado a la fiesta, que es en sus palabras “uno de los lugares donde es posible colocarse en modo sagrado. Modo entusiasmo. El festejo resulta el principio que denota sacralidad y la creación de algo.” Aquel segundo momento es la corrección racional por la que pasamos aquel flujo de creación desde el conocimiento.

Esta dualidad, es necesaria. Corregir para Kartun no es más que “aceptar la hipótesis de ser dos.” El flujo que dota de lo sagrado y necesario para la trascendencia y lo técnico y racional que aterriza y ordena. El equilibrio solo es posible desde aquel desequilibrio, el caos en otros términos es imprescindible para “crear” un “nuevo” orden.

Señala que el término equívoco viene de “dos voces iguales o equivalentes. Continuamente los artistas estamos creando dos voces iguales que hablan de algo diferente.”

A manera de ejemplo, nos comenta cómo la sociedad ve frecuentemente en la figura del rey como de derecha, cuando el rey pertenece a la utopía del sueño. Y aquella figura del corregidor existente en aquellos tiempos, lo devolvía a la realidad de sostenibilidad de aquellas locuras. En base al ejemplo, dice: “No existen buenos artistas que sean solo reyes, ni buenos artistas que solo sean corregidores. En realidad de lo que se trata es de este encuentro dialéctico.” Para Kartun, es aquel duplo que busca el espectador en el teatro.

Dice además, que “algunas artes no pueden entenderse sino desde el Error.” En ejemplo, el pintar: es una rebelión contra aquella huella anterior. El pintar es resultado de cada trazo anterior. “Cada trazo modifica el trazo anterior. El trabajo de un artista plástico continuamente es avanzar sobre lo anterior. Cada trazo puede ser pensado como un error corregido.  No podríamos pensar un cuadro, sino como una sucesión de errores corregidos a una velocidad asombrosa. Por lo tanto está creando haciéndose cargo.” Citando a Picasso: “Un cuadro es una sucesión de destrucción. Hacer algo implica romper.” 

Con la mayor seguridad de errar, puedo decir que ha sido una noche amena donde los asistentes nos hemos reído del error. Entre historias, sabiduría y anécdotas teatrales hemos tomado conciencia a la vez de la necesidad dialéctica de error y corrección necesaria para crear.

Kartun afirma a manera de reflexión, que “mi trabajo es escribir, no terminar obras.” Frase que resulta cercana a cualquier artista escénico de hoy. Es desde el proceso (de intento y fracaso) que observamos las otras posibilidades. Señala que “siempre vas a escribir con palabras que ya escribiste o repetirás palabras que ya utilizaste. Hay que bajar la convicción que escribir bien es utilizar los términos correctos en la oportunidad”, pero para crear es necesario pararnos en aquel desequilibrio, pararnos en aquella crisis y buscar de esta sostenibilidad de la corrección. En aquel choque dialéctico surge la creación.

“Escribir teatro es producir una impresión imaginara, por medio de todos los sentidos, plasmada en el papel.” 
Mauricio Kartun

Kiara Jossilú Castro Béjar
25 de abril del 2018

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