jueves, 26 de septiembre de 2024

Crítica: DISTORSIÓN


Una historia poco clara

Distorsión es una obra que ataca principalmente al pensamiento, y que, a partir de ciertas premisas metas teatrales, desarrolla su argumento en una estructura narrativa circular. De un inicio confuso, frío, donde los personajes van acomodándose en el escenario, van acomodando su energía, tímidos.

La obra crece luego de esa coreografía y a partir de la intervención del texto en la escena. Cada uno de los personajes tiene ciertas particularidades, aunque estas no terminan de encajar; cada personaje comparte una idea o un universo de cómo son, y como viven la historia. En ese sentido la obra puede volverse un poco difusa, con la cual solo puedes conectar desde la búsqueda de entenderla. Te engancha, sí, para tratarla de entender y descubrir el artificio final.

Las actuaciones, en general, dentro de lo normal. Destacan Martín Velásquez y Joaquín de Orbegoso, quienes lograron desarrollar a sus personajes, darles matices y alimentarlos desde la verdad del texto. Los otros personajes jugaban más un papel de arquetipos, o no llegaron a expresar lo que querían ser.

Al final, la obra tiene un componente conceptual que puede ser interesante por momentos, pero se queda a medio camino, pues los personajes no conectan con los dos principales, van por su propio rumbo. La historia no se unifica y no lleva a nada conciso.

Omar Peralta

26 de setiembre de 2024 

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