miércoles, 14 de agosto de 2024

Crítica: EL LOCO Y LA CAMISA


Honestos desequilibrios

Tensos y divertidos momentos son los que podremos ver en la puesta en escena El loco y la camisa, una obra de corte naturalista que narra las vivencias de una familia disfuncional, donde los gritos, las peleas y el engaño están presentes. La situación parece peor al tener que lidiar con los problemas mentales de su hijo Beto, un joven sin filtro, que siempre cuestiona la realidad en la que vive, poniendo en aprietos a su hermana María Pía cuando lleva al novio a casa para presentarlo a su singular familia. Una situación que se pone cada vez más tensa hasta que finalmente todo estalla.

El libreto, escrito por el argentino Nelson Valente, contiene toques de humor que lo convierte no solo una obra reflexiva, sino también amena.

La puesta en escena está bajo la dirección de Fito Valles, quien logra de manera colosal que cada momento sea importante dando toques de jocosidad, violencia y ternura. Estas características hacen que la obra posea claridad, siendo asimilables para el público, cumpliendo con el objetivo no solo de entretener sino de transmitir  mensajes que generen profunda meditación; todo ello sumado a las excelentes actuaciones de este gran elenco, integrado por los destacados actores Oscar Meza, Omar García, Andrea Fernández, Andrea Alvarado y Sergio Gjurinovic. Actores que han sabido sostener sus personajes de principio a fin, logrando que cada personaje evolucione durante la obra, dejando sensaciones, mensajes y reflexiones distintas. La energía que cada actor y actriz impregna en sus personajes hace que cada situación y acción que se realiza en escena sean trascedentes. La escenografía, aun cuando es sencilla, ayuda a cumplir con lo que la obra y los personajes necesitan para el desarrollo de esta. Todo ello, en conjunto, ha logrado una magnífica puesta en escena. 

Se dice que el teatro nos confronta muchas veces con nuestra realidad, y la puesta en escena del El loco y la camisa es prueba de ello. Una mirada general a la puesta en escena no solo nos llevará a cavilar, reír o llorar sobre lo que sucede allí; también nos llevará a observar lo que sucede en nuestro país: el machismo aún presente, las diferencias sociales y lo difícil de poder aceptarnos como sociedad. 

Una obra con mucho mensaje, una obra que desde la locura de Beto hace que los personajes no solo se enfrenten a su verdad, quizás una verdad que nadie quisiera escuchar. Esta es una obra que todos deberíamos ver.

Javier Gutiérrez

14 de agosto de 2024

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