lunes, 21 de diciembre de 2020

Crítica: EL NUEVO MUNDO DE OZ


Siempre se encuentra el camino

La crisis sanitaria truncó muchos proyectos escénicos presenciales en este año. Sin embargo, algunos colectivos lograron adaptarse hábilmente a la virtualidad para llegar así a los espectadores y no detener su labor artística. Uno de estos casos fue El nuevo mundo de Oz, adaptación de Juan José Oviedo, cuyo referente más cercano sea la entrañable película El Mago de Oz (The Wizard of Oz, 1939) con Judy Garland. Este proyecto familiar, a cargo de la Asociación de Artistas Aficionados con la dirección de Omar Del Águila, no cuenta de nuevo la conocida historia, sino que nos presenta a una niña llamada Luciana, quien viaja a través de sus sueños a este maravilloso lugar para encontrarse con los personajes que ya todos conocemos y que debe encontrar el camino a casa.

Acaso sea esa la mayor virtud del espectáculo: el ser una lúdica aproximación a la fantástica trama llena de brujas, magos, leones y espantapájaros, les permite a Oviedo y Del Águila crear una propuesta propia. Tal como lo anuncia su título, se trata de una nueva versión del conocido cuento visto ahora a través de esta simpática niña, quien aprenderá valiosas lecciones en las múltiples aventuras que vivirá. La tecnología le permite al montaje presentar una colorida y estilizada propuesta, no carente de mínimas imperfecciones de audio y video producidas por la terrible conectividad que afecta a todos los proyectos actuales en vivo, pero bien resultas por el elenco.

A destacar el entrañable trabajo de Tania López como Luciana, quien le aporta ternura y energía a su personaje, muy bien secundada por la siempre efectiva Ximena Arroyo, el mismo Oviedo y Jorge Luis Palma, interpretando el resto de papeles. Todas las secuencias y mensajes están trabajados con mucho cuidado, por ejemplo, cuando Luciana debe decidir entre mentir o no acerca de su identidad para encontrar el camino a casa. La pandemia puede haber detenido o pospuesto demasiados proyectos escénicos, pero da gusto que emprendimientos como este hayan encontrado también el camino para su estreno, en este caso, en línea. El nuevo mundo de Oz no solo se convierte en un entretenido y valioso proyecto virtual para los más pequeños, sino que demuestra que nuestra comunidad teatral no se detiene y sigue apostando por continuar su labor creativa.

Sergio Velarde

21 de diciembre de 2020

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