Tribulaciones en el hotel
De Roland Schimmelpfennig ya habíamos visto la formidable El Dragón de Oro (2011), a cargo del grupo Ópalo, en la que asistíamos a una
representación de las variopintas vidas de quince personajes alrededor de un
restaurante de comida oriental, todos interpretados por cinco actores. Actualmente,
en tiempos de pandemia, viene presentándose en la plataforma de Facebook Live
de la cuenta oficial de Escuela Nacional Superior de Arte Dramático Ensad otra
pieza del dramaturgo alemán, llamada Antes/Después, y que mantiene ciertas
coincidencias con la anterior puesta mencionada, aunque esta vez la acción
transcurre en un hotel y son nada menos que treinta y nueve personajes a cargo
de doce actores, dirigidos en esta ocasión por Gilbert Rouviere. Los resultados
artísticos, como toda producción con el sello Ensad desde hace algunos años,
mantienen un nivel de calidad parejo, aún en estas épocas tan complicadas para
el quehacer teatral.
Antes/Después es una propuesta caleidoscópica en
cincuentaiún cuadros, en los que deambula por este hotel un nutrido grupo de personajes,
que son nombrados por el autor como “el hombre con el mapa celeste” o “la mujer
en cambio permanente”. Así como en otras propuestas corales contemporáneas,
como la notable La reunificación de las dos Coreas (2018) del francés Joel
Pommerat, más allá de involucrarnos con cada historia en particular (las que
acostumbran generarse en los hoteles), sí que nos conmovemos por la complejidad
del ser humano en general, lleno de contradicciones, miedos e inseguridades,
retratados de manera prolija en cada secuencia por el elenco. Rouviere mantiene
un control total sobre los actores, especialmente con los de mayor oficio:
tanto Pilar Núñez, Ebelin Ortiz, Sergio Paris y Víctor Prada se lucen con su
acostumbrado buen registro, sin opacar el logrado trabajo en conjunto de los jóvenes
Luis Miguel Yovera, Tania López, Flavio Giribaldi, Natalia Palacios, Godo
Lozano, Liz Navarro, Giacomo Ossio y Kelly Estrada.
Descartando la videoconferencia y la transmisión en vivo,
Antes/Después apuesta por el espectáculo pregrabado y editado, con los doce
actores compartiendo e interactuando en el mismo espacio, junto a los técnicos
y encargados de producción, también visibles. Este efecto de distanciamiento
juega a favor del montaje, con la cámara inmiscuyéndose y siguiendo a cada uno
de los actores cada vez que les toca su respectiva escena. Nadie abandona el
espacio, siendo los mismos intérpretes también mudos espectadores de los
diálogos de sus compañeros y a su vez, los encargados intercambiables de la presentación
oral de personajes y escenas, leídas con la ayuda de un micrófono. Salpicada
por algunos toques surrealistas, Antes/Después de Schimmelpfennig se convierte
en un conmovedor mosaico virtual, ejecutado con precisión y nervio, que explora
las diversas relaciones humanas, sin defraudar el virtuosismo característico de
los espectáculos presentados por la Ensad.
Sergio Velarde
8 de diciembre de 2020
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