martes, 8 de diciembre de 2020

Crítica: ANTES/DESPUÉS


Tribulaciones en el hotel

De Roland Schimmelpfennig ya habíamos visto la formidable El Dragón de Oro (2011), a cargo del grupo Ópalo, en la que asistíamos a una representación de las variopintas vidas de quince personajes alrededor de un restaurante de comida oriental, todos interpretados por cinco actores. Actualmente, en tiempos de pandemia, viene presentándose en la plataforma de Facebook Live de la cuenta oficial de Escuela Nacional Superior de Arte Dramático Ensad otra pieza del dramaturgo alemán, llamada Antes/Después, y que mantiene ciertas coincidencias con la anterior puesta mencionada, aunque esta vez la acción transcurre en un hotel y son nada menos que treinta y nueve personajes a cargo de doce actores, dirigidos en esta ocasión por Gilbert Rouviere. Los resultados artísticos, como toda producción con el sello Ensad desde hace algunos años, mantienen un nivel de calidad parejo, aún en estas épocas tan complicadas para el quehacer teatral.

Antes/Después es una propuesta caleidoscópica en cincuentaiún cuadros, en los que deambula por este hotel un nutrido grupo de personajes, que son nombrados por el autor como “el hombre con el mapa celeste” o “la mujer en cambio permanente”. Así como en otras propuestas corales contemporáneas, como la notable La reunificación de las dos Coreas (2018) del francés Joel Pommerat, más allá de involucrarnos con cada historia en particular (las que acostumbran generarse en los hoteles), sí que nos conmovemos por la complejidad del ser humano en general, lleno de contradicciones, miedos e inseguridades, retratados de manera prolija en cada secuencia por el elenco. Rouviere mantiene un control total sobre los actores, especialmente con los de mayor oficio: tanto Pilar Núñez, Ebelin Ortiz, Sergio Paris y Víctor Prada se lucen con su acostumbrado buen registro, sin opacar el logrado trabajo en conjunto de los jóvenes Luis Miguel Yovera, Tania López, Flavio Giribaldi, Natalia Palacios, Godo Lozano, Liz Navarro, Giacomo Ossio y Kelly Estrada.

Descartando la videoconferencia y la transmisión en vivo, Antes/Después apuesta por el espectáculo pregrabado y editado, con los doce actores compartiendo e interactuando en el mismo espacio, junto a los técnicos y encargados de producción, también visibles. Este efecto de distanciamiento juega a favor del montaje, con la cámara inmiscuyéndose y siguiendo a cada uno de los actores cada vez que les toca su respectiva escena. Nadie abandona el espacio, siendo los mismos intérpretes también mudos espectadores de los diálogos de sus compañeros y a su vez, los encargados intercambiables de la presentación oral de personajes y escenas, leídas con la ayuda de un micrófono. Salpicada por algunos toques surrealistas, Antes/Después de Schimmelpfennig se convierte en un conmovedor mosaico virtual, ejecutado con precisión y nervio, que explora las diversas relaciones humanas, sin defraudar el virtuosismo característico de los espectáculos presentados por la Ensad.

Sergio Velarde

8 de diciembre de 2020

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