lunes, 22 de octubre de 2018

Crítica: LA REUNIFICACIÓN DE LAS DOS COREAS


Conmovedor mosaico de amor

Definitivamente, este debería ser el año de Escena Contemporánea. La promotora y productora cultural, que viene presentando ininterrumpidamente interesantes espectáculos desde el 2013 (como El Cine Edén y El Baile) hasta el presente año (como las muy logradas Cintas de seda y La piedra oscura), consiguió quizás su punto más alto con el estreno hace algunos meses de La reunificación de las dos Coreas (2013) del francés Joel Pommerat, con el apoyo de la Alianza Francesa de Miraflores. Dirigida con aplomo y profunda sensibilidad por Alfonso Santistevan y Nadine Vallejo, la puesta nos presentó veinte historias breves en las que el amor fue el gran protagonista, y así como se insinúa en el título mismo, se postuló además como metáfora la virtual imposibilidad de alcanzarlo plenamente. Pocas veces los vínculos sentimentales y afectivos entre personas comunes y silvestres son escrutados en el escenario de manera tan eficaz, pero a la vez tan dolorosa o sarcástica dependiendo del caso abordado.

Pommerat, que como director trabaja íntimamente con sus actores en la creación de su propia dramaturgia, logró un virtuoso mosaico de enorme potencial, a través de breves situaciones con un lenguaje coloquial y sencillo, todas ellas sorprendentemente inspiradas y plenas de lirismo. Entre el dolor y el humor, se suceden las historias en medio de una simple pero sinuosa escenografía, con contados mobiliarios; mientras los actores, apoyados por un efectivo manejo de luces, sonido y multimedia, ejecutan convincentemente sus acciones, dejando algunos cuadros para el recuerdo: un profesor se defiende de una acusación de pedofilia, justificando el afecto que siente por su alumno; una mujer con Alzheimer se (re)encuentra con su esposo; un altercado familiar minutos antes de una boda, con algunas sorprendentes revelaciones con respecto al novio; y una dolorosa rutina practicada por una pareja para mantener viva su relación.

Un elenco de excepción se encarga de darle humanidad a los variados personajes de los pequeños cuadros: las precisas Sofía Rocha, Magali Bolivar y Vanessa Vizcarra; los competentes Santistevan, Miguel Álvarez y Alberick García; los versátiles Roberto Ruiz y Sergio Llusera; y las inolvidables Alejandra Guerra y Bertha Pancorvo. Conmovedora, entrañable, trágica, desternillante y absurdamente real, La reunificación de las dos Coreas, lejos de abordar temas políticos y debates ideológicos, muestra las relaciones afectivas sin tapujos, con todas sus contradicciones y frustraciones, pero sobre todo, con mucha humanidad. La tregua iniciada en abril por Kim Jong-un y Moon Jae-in, que se interpretaría como una inesperada luz al final del túnel sentimental metafórico, no le resta un ápice de contundencia al mejor montaje de Escena Contemporánea, que le deja la valla muy alta para futuras producciones. Uno de los montajes del año.

Sergio Velarde
22 de octubre de 2018

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