sábado, 31 de agosto de 2019

Crítica: III FESTIVAL DE ESCENAS CORTAS - JÓVENES DIRECTORES


Unas de cal y otras de arena

Función 30/8/2019

El III Festival de Escenas Cortas - Jóvenes Directores, organizada por la Producción Artística de la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático, en su tercera edición, es un evento que año a año viene desarrollando una gran labor para promocionar proyectos escénicos, dentro de la gran Comunidad Ensadina de alumnos y ex alumnos, para desarrollar capacidades en la dirección, actuación y diseño escenográfico. Cuatro obras fueron seleccionadas y están en temporada en el Teatro Roma-Ensad.

PRIMERA PUESTA EN ESCENA

La donante, dirigida por Pamela Lloclla, basada en la obra de Jorge Díaz “Muero, luego existo”.

Un trabajo conmovedor, perturbador y tan real y cercano a nosotros. Nuestro país está sobreviviendo, producto de la corrupción; hemos encargado erróneamente nuestro futuro a ladrones de pura cepa. Y la salud es otro aterrador sistema que nos mancilla, nos degrada nuestra condición humana; la pobreza es esa costra que arrancamos y vemos cómo nos despelleja y que nuestro sistema de (in)salud, cual limón recién exprimido, cura esa herida que nadie quiere ver.

Kelly Carrillo compone un personaje tan frágil, usando un leve acento andino que funciona muy bien. Ella, cual cadáver andante, nos lanza dardos usando textos que calan en nuestro rincón más escondido del alma y que nosotros reaccionamos con risitas timoratas. Su cuerpo tan pre-expresivo también danza en escena, y danza con la escalera, con las vendas, con la energía del público y con su otro yo vivo. Muy bien que ella salga desde las butacas hacia el escenario, convirtiéndonos a todos en donantes (muchos inmigrantes ahora están en esa situación). La hemos visto en varios trabajos y su evolución es ascendente.

Rafael Mena es el personaje antagónico; con él, el juramento de Hipócrates es dejado de lado; es el ave carroñera que ronda por los pasillos de los hospitales. Mena logra ser odiado por todos, su personaje convence, aunque por leves momentos tiene problemas de dicción. Muchos países asiáticos son el paraíso de los donantes forzados de órganos; europeos y americanos van a allá para adquirir órganos en el mercado negro, y asiáticos en las playas muestran cicatrices producto de ese ilegal negocio. El doctor, sutilmente, va logrando su objetivo: aprovecharse de la paciente que viene comercializando su sangre para poder comer y le da diversas alternativas para ser el perfecto cadáver para comercializar.

El músico debería ser ubicado en otro lugar que no obstaculice la proyección y debe mejorar la ejecución de la música en vivo o retirarla, porque no afectaría en nada el planteamiento del montaje.

Las luces y música, precisas para los cambios y los “flashbacks” o “flashforwards”.

La dirección es acertada, se ha construido un lenguaje estético y de accionar de ambos personajes.

SEGUNDA PUESTA EN ESCENA

Sobreviviendo Arguedas, escrita y dirigida por Jhony Ruiz.

Esta puesta en escena pretende rescatar el mundo en conflicto del Amauta Arguedas, usando una dramaturgia donde no está clara la línea dramática o los hechos relevantes que hacen que la fábula nos lleve hacia el final, debiendo antes pasar por un conflicto inexistente; esto pasa muchas veces cuando uno escribe y dirige su propia producción escénica.

Revalorar el arte andino de Arguedas no necesariamente es “andinizar más lo andino de lo que es”. Ya pasó más de un siglo de su nacimiento y todo debe adaptarse a los cambios, especialmente los diversos lenguajes artísticos para no caer en el chauvinismo escénico.
Este montaje usa elementos estéticos muy primarios: la realización de las alas del cóndor, por ejemplo, se acercan al teatro escolar y las máscaras no tienen un buen acabado; y la manipulación de los elementos antes mencionados requiere una preparación muy delicada, porque el cuerpo extracotidiano no es solo postural, es también energía y todos los que están en escena debería replantear su trabajo.

La música cumple solo un rol de fondo musical y en las puestas, esta debe convertirse en un personaje más.

A partir de personajes simbólicos dentro de su prolífica producción literaria que ha marcado nuestras vidas, en este montaje, los “actantes” en varias oportunidades entran y salen para convertirse en otros roles, eso es repetidamente y ese accionar limita el desarrollo de las escenas, todo se vuelve plano y no hay ritmo escénico.

El actor que caracteriza a Arguedas, a pesar que el parecido físico es grande, dramáticamente no convence, los mismo ocurre con todos los que participan.

Las puestas en escena no necesitan de un espíritu romántico, requieren de una visión clara del director, actores que respondan al estilo de trabajo que se pretende poner en escena y también de una buena estética y realización.

Si la persona que ha dirigido este trabajo dice al final de la obra que no es director y que su rol ha sido más de pedagogo, entonces ¿por qué postula a un festival denominado “Jóvenes directores? Él mismo acepta que no es director y eso se ve en escena.

Dra. Fer Flores
31 de agosto de 2019

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