Punk /Shooter /Rock /Bullying
Función del 24/8/19
Escrita por Simon Stephen y dirigida por
Jorge Robinet, este montaje se presenta en el Centro Cultural de la Universidad
de Lima.
La “obertura escénica” muestra a los
actores/actrices de espaldas, viendo una película llena de violencia; ellos,
uniformados cual cárcel de “Orange Black”, van preparando sus almas para un
montaje conmovedor.
El sistema “educativo” escolar es el primer
ejecutante del bullying, aceptado por todos durante más de una década: nos
acorralan, nos acosan, nos niegan nuestra propia personalidad, castrándonos,
anulándonos y esto es aceptado por todos como una normativa, que construye
bombas (emocionales) de tiempo, en donde el aula de falsa convivencia es una
lucha de sobrevivencia y donde la sexualidad está ardiendo, con ganas explotar néctar
sexual.
Todos los actantes tienen un buen manejo
del sentido textual, haciendo creíble sus diálogos, manejando las inflexiones y
ritmos, creando una organicidad textual. Esto es lo característico de muchos de
los que egresan de los talleres de Ángeles, Isola o PUCP.
Sobresalen dentro de este grupo Miguel Dávalos, que compone a partir de la “psique corporalidad” y el tempo ritmo para conmovernos con Chadwick; Bruno Espejo, usando un buen manejo del texto y el (contra)impulso para dar vida ficticia a Will; y Lilian Schiappa-Pietra, manipulando bien la energía para creerle lo que hace; ellos han logrado mantener en todo el montaje un nivel dramático “in crescendo”, logrando construir poiesis (creación actoral a partir de algo inexistente en algo que existe).
Sobresalen dentro de este grupo Miguel Dávalos, que compone a partir de la “psique corporalidad” y el tempo ritmo para conmovernos con Chadwick; Bruno Espejo, usando un buen manejo del texto y el (contra)impulso para dar vida ficticia a Will; y Lilian Schiappa-Pietra, manipulando bien la energía para creerle lo que hace; ellos han logrado mantener en todo el montaje un nivel dramático “in crescendo”, logrando construir poiesis (creación actoral a partir de algo inexistente en algo que existe).
El espacio escénico es muy sencillo, pero
funcional solo al inicio, ya que el segundo nivel de la biblioteca, como un
anexo secreto (así como en “El diario de Ana Frank”), es estático,
contradictorio, porque vemos las estructuras de fierro y malla metálica (usada
en muchos otros montajes de esta obra), que tienen ruedas en su base y solo son
movidas al final, para crear un espacio personal que es la cárcel. Antes de eso,
las estructuras no son trasladadas a otros lugares del escenario, es usada solo
una de ellas como depósito de libros o para pararse dentro de ella. Las salidas
y entradas de los actores también deberían replantearse, porque algunas no
tiene sentido hacerlas.
Un trabajo muy bueno, que debe ser visto
por todos, especialmente por docentes, directivos y burócratas del MINEDU, que
son castradores de la inocencia escolar, son los cancerberos de este nefasto
sistema “educativo”.
Dra. Fer Flores
25 de agosto de 2019
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