martes, 29 de junio de 2021

Crítica: EL DESAYUNO


La mala familia

Las relaciones familiares siempre serán fuente inagotable para el drama. Los fuertes lazos formados entre estos seres humanos, que no por compartir carga genética deben siempre estar de acuerdo en todo, pueden desencadenar situaciones inimaginables. Pues bien, estrenada en 2014 en el marco de la convocatoria 7 voces en escena, la actriz Yasmine Incháustegui escribió y dirigió El desayuno, un contundente drama familiar, que tiene como protagonistas a una madre y sus tres hijas, en medio de turbios secretos que las unen y separan a la vez. La transmisión se llevó a cabo el 18 de junio por transmisión desde Facebook.

Si algo podemos rescatar de estos tiempos pandémicos, probablemente sería la posibilidad de acceder, por lo menos de manera virtual, a aquellos espectáculos presenciales que por diversas razones no pudimos ver en su momento. La dramaturgia de Incháustegui nos regala cuatro personajes femeninos bien definidos, que inician una revelación de oscuros secretos a partir de la beca conseguida por una de las hijas, mientras todas desayunan en el comedor. A pesar de su corta duración, la historia es atrapante y nos muestra lo dolorosa que puede llegar a ser la convivencia entre personas, que aunque sean familia, nunca aprendieron a comunicarse y entenderse.

El elenco se encuentra a la altura de las circunstancias. La madre (una sobrecogedora Regina Limo) es una mujer castrante y profundamente insensible, quien somete a sus hijas a vivir una vida imposible y que no está dispuesta a firmar el documento que le permitiría a una de ellas alzar vuelo (Lorena Ureta). Las otras dos, la Puta (Nadyr Castillo) y la Niña (Daniela Rodríguez Aranda) sorprenden también con sus desgarradoras revelaciones. El desayuno es un valioso texto de Incháustegui que hemos podido disfrutar en línea y que bien merecería una reposición ya sea virtual o presencial en el futuro.

Sergio Velarde

29 de junio de 2021

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