Acción en escena
En el estado actual de violencia y crisis
de seguridad ciudadana en la que vivimos, la obra Trifulca, escrita y dirigida
por Renatto Argüelles, aborda un tema contemporáneo y urgente como la
delincuencia. La obra nos muestra a siete delincuentes, quienes se reúnen para
cometer el secuestro de la hija de un empresario; un gran objetivo que les
permitirá obtener una buena cantidad de dinero y dejar la vida criminal. Sin
embargo, después del robo fallido a un restaurante, la confianza y la lealtad
dentro del grupo estarán en juego y pondrán en peligro sus planes. Así, vemos
como este grupo se va quebrando por intereses personales que se impondrán sobre
su cometido.
Si bien la dramaturgia de Argüelles plantea
una premisa que recuerda mucho a las películas de acción como Ocean’s 8, es
interesante el enfoque humano que le da a cada uno de los personajes, al darles
luz para que revelen su pasado y el porqué y cómo se dedicaron a una vida
criminal. De esta manera, da cuenta que la delincuencia muchas veces tiene
causas más profundas y combatirla es un problema sumamente complejo. Por otro
lado, un punto débil fue lo poco verosímil de la historia al proponer que la
víctima se enamore de uno de sus captores, quien además logra convencer a sus
compañeros para liberarla. De la misma forma, el final, donde la mayoría de los
personajes fallecen, fue bastante abrupto y restó valor a la historia,
terminando como un duelo más entre bandos criminales. En todo caso, faltó
tiempo para el desarrollo del argumento.
Un punto a favor de la propuesta fue el
elenco, conformado por Fiorella Flórez, Jorge Armas, Manuel Guerrero, Fernando
Pasco, Kike Casterot, Diego Alonso Pérez, Cheli Vera y Russell Vásquez. Se destaca
que cada personaje tenía un propósito claro en la obra y lograron una
construcción e identidad para cada uno, permitiendo sostener la narrativa pese
a los puntos flacos de la historia.
En cuanto a la propuesta de dirección, uno
de los aspectos más destacables de Trifulca es su uso innovador del espacio. Por
un lado, se permitieron salir de la plataforma del escenario y abarcar todo el
espacio inferior, creando la representación de una guarida criminal que
abarcaba un escenario de dos niveles. De manera que los espectadores nos
ubicábamos alrededor de la planta baja, haciéndonos sentir que estábamos dentro
del bunker criminal. Por otro lado, el teatro no solo como plataforma de
representación, sino como un laboratorio de experimentación, permite a la obra
jugar con dos artes, la teatralidad y lo audiovisual. Por ejemplo, escenas que
no eran representadas por los actores en el espacio, sino que habían sido
previamente grabadas y que eran proyectadas como secuencias de la obra para
completar la historia. De tal manera, los elementos audiovisuales no solo
complementan la puesta en escena, sino que crean una atmósfera inmersiva, donde
el espectador se siente parte de la acción. Esto no solo refuerza el impacto
del mensaje, sino que transforma el espacio escénico en uno vivo y dinámico.
Para cerrar, si bien la dramaturgia podría
fortalecerse en algunos aspectos para lograr una narrativa más verosímil y
cohesionada, la innovación en la puesta en escena y el uso creativo del espacio
lograron generar una experiencia inmersiva que atrapa al espectador. Sin duda,
Trifulca presentó una propuesta cargada de acción y que no temió arriesgarse en
escena.
Alexandra Valdivieso Chudán
3 de noviembre de 2024
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