La vida en la casa de la muerte
El concepto de un “Hogar para suicidas” suena
como una receta de humor negro clásica e infalible: porque lo es, y el texto de
Alejandro Casona de 1937 nos lo demuestra. La Compañía Teatral 3 Monos nos presenta, justamente cerrando la
estación, una adaptación de Prohibido suicidarse en primavera, con un
trabajo logrado que puede seguir nutriéndose en cuanto a la energía en escena y
la presentación de la vida y la muerte, pero que ya nos otorga chispazos de una
gran dinámica entre su elenco.
Quienes más resaltan
este potencial son las parejas en escena. Por un lado,
Yurby Risco y Diana Galindo, mucho como sus personajes, revitalizan cada escena
en la que se encuentran sin sentirse repetitivos, sino más bien cubiertos de
buenos matices. Por otra parte, Ángel Arakaki encuentra sus mejores momentos al
lado de Analí Cuevas, y sus cuerpos se prestan para un juego de desamor que
bien podría ser su propia microobra. En general, los momentos en los que los
actores se permiten recubrirse de matices más allá de la construcción inicial
de sus personajes son cuando más brilla la dinámica entre ellos. Micaela
Chamorro y Miguel Recavarren son ejemplo de esto, y en las escenas finales ya
podemos ver cómo se acentúan en la ternura y la comedia seca, respectivamente.
La ambientación está
bien lograda para los alcances del CAFAE. Las dos puertas,
más que ser solo el ingreso y salida de los actores, están recubiertas de un
misterio y una incertidumbre por lo que pueda pasar cuando alguien ingresa a
estas. El escenario principal, al sentirse como una sala de espera al Hogar,
nos deja con una curiosidad por aquello de lo que no vemos. También por esto es
que hubiera sido bueno escarbar un poco más en ese interior, en los venenos y
sogas que muchas veces se mencionan. El espacio aún no termina de sentirse vivo
o habitado, y establecer más dinámicas dentro del mismo a partir de la
dirección ayudaría a que el viaje de varios personajes, como el de la enfermera
o el triángulo amoroso, ganasen potencia y su resolución se sintiese completamente
satisfactoria.
Prohibido
suicidarse en primavera funciona
incluso con las adaptaciones realizadas, gracias a la mirada optimista sobre la
vida que nos da al final. Convierte lo que a todas luces
se cantaría como una tragedia inevitable en un canto al mañana, y al volver a
empezar. Esperemos volver a ver la obra repotenciada en el repertorio de 3
Monos próximamente.
José Miguel Herrera
29 de noviembre de 2024
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