¿Qué es lo que llega con la muerte?
De la vida podemos filosofar mucho, tener
mucha experiencia y evidencia, según nuestros contextos, vivencias, lugares
visitados, amores, desamores, fracasos, éxitos; conforme avanzamos, en cada
etapa de nuestra vida podemos, desde nuestro aprendizaje, hablar mucho de ella,
y al mismo tiempo, quizá, saber muy poco. Y eso nos alienta a querer conocer
más. ¿Y la muerte? ¿Qué hay de ella? Sabemos que existe, que está allí, pero no
sabemos nada en realidad sobre ella. Religiones, filósofos, científicos han
tratado de explicarla, pero es incierta, inesperada y siempre, siempre es un
agente de transformación, de cambio, de repensar la vida. Todos tenemos una
fecha de caducidad, sabemos que no estaremos en vida siempre; no obstante,
andamos nuestro camino como si fuéramos eternos. Sin embargo cuando nos toca
enfrentar una condición médica de cuidado, como lo es el cáncer, pues la muerte
ronda aún más en nuestros pensamientos, y quizá nadie conozca mejor la vida que
los que son conscientes que van hacia el final de ella, sin poder disfrutarla
como desearían. Quizá vivimos muy aferrados a la vida.
A esta reflexión me llevó el texto escrito por
César Adauto y dirigida en escena por Martin Figueroa; Falta poco para llegar a
viejo logra cuestionarte acerca de la muerte y cómo llevamos cada cual, según
nuestra historia de aprendizaje y contexto, cómo afrontamos o evitamos lo
inminente del fin de nuestra vida. Esto es un acierto en dirección, ya que al poner cinco pacientes oncológicos
en un espacio cerrado, se habla también de la elección que tiene cada uno de
ellos de su propio encierro interno o de, en esas condiciones, buscar vivir a
plenitud cada día. A pesar del contexto, lo que me recuerda la experiencia de
Viktor Frankl en los campos de concentración nazi en su libro El hombre en
busca del sentido. Llega también a
mostrar la pieza teatral dentro de esta atmósfera de condena con calma,
esperanza y bromeando incluso sobre la muerte. Señalando también el frágil
sistema de salud que tenemos, así como la indiferencia total hacia los
pacientes.
Los actores Sofia Rivera Kroll, Gus Castro,
Richard Torres, César Adauto, Sebastian Olivencia, Fátima Orbezo y Rodrigo
Basto hacen un muy equipo de escena, todos destacan mostrando un trabajo
limpio, con ritmo y bien organizado. La música en vivo está en momentos
precisos de la escena brindando un ambiente idílico, la escenografía es
minimalista, ya que el trabajo recae en el equipo actoral. Recomendada.
Manuel Trujillo
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