domingo, 2 de junio de 2024

Crítica: ANATOMÍA DE LA FRONTERA


Lo que las guerras nos dejan

El Grupo de Teatro Llaqta siempre se ha caracterizado por la conciencia social que le impregnan a sus variados espectáculos; algunos, con dramaturgia propia como Último acto, escrito por la actriz y directora Noraya Ccoyure, y otros, clásicos contemporáneos como Nuestra Señora de las Nubes, del maestro Arístides Vargas. En esta oportunidad, el grupo optó por el formato de creación colectiva, bajo la dirección de Guillermo Ale, proveniente de la interesante agrupación argentina La Cuarta Pared. La puesta en escena, estrenada en el espacio no convencional Teatro Aforo XI, lleva por título Anatomía de una frontera y se inscribe dentro de aquellos necesarios montajes que reflexionan sobre los horrores que nos dejan los conflictos armados.

Nos ubicamos en una nación indeterminada, azotada por una cruenta guerra entre los bandos del Norte y del Sur. Hasta una de las garitas llega una mujer (Ccoyure), proveniente del Sur, que desea cruzar la frontera para encontrar a su esposo. No se lo permiten un implacable oficial (Fernando López) y un joven soldado (Joseph Mendoza) que esconde un terrible secreto. La dirección desarrolla bien los conflictos entre los personajes y apuesta, entre otros aspectos, por estilizar el contenido de violencia que la sencilla trama provee, ralentizando algunos movimientos; esta propuesta no distrae del conflicto, pues la mayor fortaleza radica en la caracterización realizada por los intérpretes.

Buen trabajo de López y Mendoza, convincentes y precisos en sus roles, con una mención especial para Ccoyure, conmovedora y valiente como esta mujer dispuesta a todo por reencontrase con su pareja. Los elementos escenográficos podrían estilizarse aún más y además, ser más utilizados en la ejecución escénica; no obstante, la historia es lo suficientemente clara y fluida como para seguirse con interés. Anatomía de una frontera es una muy pertinente apuesta del grupo Llaqta en estas épocas en las que el mundo se desangra de manera absurda, y que nos muestra que, efectivamente, en una guerra no gana nadie. Perdemos todos.

Sergio Velarde

2 de junio de 2024   

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