El Teatro de Lucía dio lugar recientemente a
la obra La poción de la verdad, del
dramaturgo Jordi Galcerán, bajo la dirección de Jen A. Woytkowski. El elenco
estuvo conformado por Andrea Luna, Bernardo Scerpella, Fabiola Vargas, Jesús
Neyra y Pedro Olórtegui. Esta propuesta fue producida por Butaca Film en el
Teatro de Lucía. Una aparente poción
hace que quien la tome diga las verdades sin filtro, en un contexto que podría
ayudar a uno de los personajes a sentirse segura ante una decisión
trascendental.
La propuesta es una
comedia moderna, en la que dos amigas se ven envueltas en enredos a partir del
uso de esta poción para saber los verdaderos sentimientos del novio de una de
ellas. Entretanto, surgen verdades inesperadas que pone a los personajes en
situaciones irreverentes. Si bien la historia se
justificó momento a momento, hubo espacios donde el ritmo se dilató. Una
comedia necesita tener picos de rapidez y mucha escucha para que funcione completamente.
En este caso, hubo mucha intermitencia en ese aspecto.
La construcción de personajes fue funcional
y pareja en todo el elenco, destacando sobremanera el nivel de detalle del
personaje de Silvia, interpretado por Andrea Luna. La actriz logró un nivel de
apropiación de textos notorio, además de ser quien sostenía muchas veces el
ritmo de la obra y el funcionamiento de ciertos gags. También destaco a Pedro
Olórtegui, quien interpretó a Jaime, pues su participación redondeaba muy bien
las escenas con su nivel de energía y de detalles logrados para el personaje.
Es interesante cómo esta obra expone a un
grupo de jóvenes en situaciones particulares, en las que tienen que tomar
decisiones trascendentales como la paternidad y un distorsionado proselitismo
político. La poción de la verdad hace
que los personajes se encuentren con ellos mismos enfrentando la realidad, sin
el filtro que muchas veces los protege en el día a día. Destaco que este
montaje utiliza la comedia para graficar sutilmente las inseguridades de los
personajes, quienes finalmente a partir de ello toman decisiones, algunas veces
equivocadas. La poción ayuda a que el espectador pueda toparse con el lado
vulnerable de Manuel, Silvia, Berta, Jaime y David, generando empatía con las
creencias que realmente ellos aceptan tener. La poción de la verdad, entre otras cosas, dejará al público la
sensación de haber sido confidente de este intrépido elenco.
Stefany Olivos
28 de marzo de 2024
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