Las lecturas de Beckett y el absurdo
¿Quién iba a imaginar que el gran dramaturgo irlandés Samuel
Beckett se convertiría en nuestra compañía recurrente en tiempos de pandemia?
Sus textos, notables dentro del Teatro del Absurdo, vienen siendo revisitados y
estrenados de manera intermitente en nuestra cartelera virtual (La última cinta, Final de partida, Salto en
sepia) y no es casualidad que sea en estos meses de encierro, en los que a
pesar de algunas tímidas salidas ensayadas por algunos, muchos hemos visto
transcurrir todo este tiempo inmóviles dentro de nuestros hogares, adaptándonos
a una nueva realidad. Beckett y el tiempo. Siguiendo este razonamiento, se
entiende la absoluta pertinencia de una pieza como Días felices, presentada de manera virtual y presencial por el
Teatro Británico, bajo la experta dirección de Alberto Ísola.
Y es que el tiempo juega un papel crucial en la vida de
Winnie (Norma Martínez), una mujer elegante y madura que pasa sus días
enterrada hasta la cintura y en el segundo acto, hasta el cuello. Sus actividades
rutinarias, aquellas que puede realizar debido a su absurda situación, son las únicas
que le sirven para enfrentar un incierto futuro. Sus largos monólogos son solo
interrumpidos con las fugaces apariciones de su esposo Willie (Roberto Ruíz),
quien le hace compañía desde su propia desorientación. Solo genios como Beckett
pueden escribir piezas que adquieran nuevas lecturas para distintas
generaciones. A los que puedan ver una aguda reflexión sobre la soledad en el
matrimonio o los peligros de las pruebas nucleares en contra de la humanidad,
ahora más que nunca se visibiliza claramente nuestra necesidad de adaptación a
las nuevas realidades pandémicas, en las que nos encontramos atrapados y sin
salida, al menos de manera temporal.
Tremendo reto el que asumen Ísola y el Británico, del que
salen airosos contando con la complicidad de una enorme Martínez, sin duda, una
de nuestras actrices más versátiles y completas. La inacción y lo estático del
texto original le permite a la actriz demostrar un excelente manejo del texto.
Bien las intervenciones de Ruíz. El diseño de producción luce sobrio y
funcional. Días felices nos plantea
muchas interrogantes y pocas respuestas, pero sí mucha reflexión sobre la
condición humana y los recursos que empleamos todos para superar las adversidades
que nos plantea la vida. Beckett es y seguirá siendo, por muchos años más, la
compañía ideal para ayudarnos a entender este mundo con todas sus
contradicciones y paradojas.
Sergio Velarde
9 de setiembre de 2021
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