La obra de teatro es la
eterna presencia ausente
Cuer2 Teatro, celebrando
sus 20 años de fundación, ha tenido el agrado de presentar su reciente obra,
“Espejos invisibles”, la cual tuvo una corta temporada en el auditorio de La Casa
de la Literatura Peruana, llevándose a cabo los cuatro domingos del mes de
marzo a las 6.30 pm. Obra desarrollada bajo la dirección y dramaturgia de
Roberto Sánchez-Piérola; en la asistencia de dirección: Martín Vargas y ha
contado con las actuaciones de: Josué Guzmán y Diego Torres.
Como bien señala la sinopsis,
la obra explora “cinco maneras de preguntarse por la ausencia del Otro, cada
actor (solo en escena) asume caminos diferentes para enfrentar, desde la
soledad, el dilema y la dificultad del encuentro con el Otro”.
Un montaje variado que alterna
entre el humor y la angustia a partir de una propuesta lúdica despojada de la
solemnidad del teatro convencional. Tal como se menciona, esta es una obra
dinámica que explora en la dificultad de no ver al otro, como una extensión de
uno mismo; lo que genera la dificultad del encuentro con este otro y la
sensación de vacío que genera el deseo imposible de conocerlo. La temática de
la ausencia es desarrollada través de diferentes situaciones que conduce a los
actores desde la narración, a una dinámica de construcción y deconstrucción del
otro ausente desde el “yo” presente.
Una obra arriesgada, ya
que elimina del teatro la mayor cantidad de artificios presentándose desde el
inicio como una propuesta minimalista; cuya elección aportó dinamismo al
collage de historias y citas que forman parte de la dramaturgia construida por
el mismo director (Roberto Sánchez Piérola). La obra conduce al espectador
desde la angustia hasta el humor negro, el lenguaje coloquial elegido para las
actuaciones aporta al contacto directo con el público. Es importante señalar que
la propuesta se sostuvo todo el tiempo en la narración activa, desarrollando la
relación actor- espectador (emisor y receptor) de manera lúdica.
El tema de la ausencia
por otro lado, está presente no solo en el texto dramático; sino en la
organización de la escritura espacial de la obra: dos jóvenes actores junto con
su director presentan la obra narrando todo lo que sucederá y lo que se verá a
lo largo de la función, luego de ello el director sale del foco de la escena.
Por otro lado, los actores van rotando narraciones durante cinco momentos en
donde solo uno de ellos tomará la posta de la acción, cada uno desde su soledad
intenta hablar sobre la ausencia. La obra explora en cinco momentos diversas
posibilidades de ausencias; desde el yo, desde la presencia ausente, el rechazo
y conflicto con el otro y la necesidad o angustia que genera el vacío que deja
la ausencia del otro.
Esta propuesta al estilo
del gran director Tadeusz Kantor, descubre no solo el espacio y los artificios
teatrales, sino que nos remite al proceso de creación de la obra, incluyendo al
director en escena, que se vuelve ausente dejándoles la posta a los actores. Sin
embargo, este no desaparece del todo ya que introduce a lo largo de la obra,
desde su voz, pequeñas citas de diferentes autores (filósofos, literatos,
dramaturgos, etc.) guiando ahora al espectador, a lo largo del tiempo real de
la obra. Las citas, además de tener la función de transición y organización de
las escenas, logran un efecto de distanciamiento, proporcionando un momento de
reflexión en el espectador a lo largo de los diferentes conceptos con los que está
construido el discurso dramático de la misma.
El meta-teatro en la obra
se puede observar desde la pequeña crítica sobre el teatro convencional, los
actores y los aficionados que se desarrolla de manera burlesca en uno de los
cinco momentos de la obra. Este es uno de los temas que también están presentes
en la propuesta, manteniendo así la coherencia con la estética elegida por el
director.
Sobre las actuaciones, se
puede señalar en primer lugar que ambos actores jóvenes aportaban frescura y
ligereza a la obra, dentro del lenguaje cotidiano elegido. Ambos, además,
sostienen y defienden sus narraciones a un muy buen nivel, logrando en conjunto
un correcto ritmo a lo largo de la obra; necesario para la eficacia de los gags
que forman parte del elemento cómico de esta. La construcción del “otro” durante
las actuaciones se sostuvo en el gesto (brechtiano) construyendo y
deconstruyendo estas “figuras de los otros” desde la soledad del actor en
escena.
Por último, la
disposición y desdelimitación del espacio del público con el del actor es un
factor importante, ya que posiciona al actor a un mismo nivel que el
espectador, favoreciendo la conexión durante la comunicación directa del actor
(narrador) a su espectador (oyente). De
igual forma la elección de una estética minimalista en la utilería y la cotidianidad
de los elementos, aportan no solo a los continuos cambios dinámicos y
transiciones de un momento al otro; sino que, además, centran la atención y la
carga escénica en las acciones. Por otro lado, la elección de un vestuario cotidiano
de colores neutros, al igual que en la utilería, no distrae al espectador de
las acciones que son el eje motor de la obra. Además, se debe señalar que la
elección de la vestimenta cotidiana funciona en la medida que presenta al actor
sin artificios, ni ropajes ajenos a su “yo” desde donde narra; ya que no es su
intención la de representar “un otro” al que según la obra no se llega a
conocer nunca.
Esta obra es un claro
ejemplo de como la esencia del teatro sigue funcionando hoy en día, aún en una
sociedad acostumbrada a la artificialidad y espectacularidad en la escena
teatral; esta obra demuestra que la esencia del teatro sigue viva; en lo
lúdico, la acción y el encuentro del actor con el espectador. La propuesta nos presenta de una manera
divertida un tema tan actual como es “la imposibilidad de conocer al otro”,
tema muy presente en una sociedad individualista como la nuestra, donde las
relaciones con el otro se crean desde el ego y necesidades personales;
generando relaciones inestables y falsas que acaban en la angustia de la
soledad. Una obra que debería reponerse para todos aquellos que no han logrado
asistir.
Kiara Castro
26 de marzo de 2019
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