“Un director debe
tener equilibrio y discernimiento”
Tus amigos nunca te harían daño de Santiago Rocagliolo es
una obra peruana muy particular. No solo es un ejemplo de buena dramaturgia,
sino que es representada intermitentemente para las muestras de diversos
talleres de actuación; además, uno de sus personajes, el irreverente Toto, se
ha convertido en el vehículo de lucimiento ideal para el actor que lo
represente. Justamente, el joven Joel Soria fue recompensado con la mención del
jurado de Oficio Crítico 2018 como
el mejor actor de reparto por el citado papel. “En el teatro empecé desde los ocho años, pero en la iglesia cristiana
evangélica a la que asistía”, recuerda Joel. “Empecé en el coro y después participé en estas escenas o sketches que
tenían el mensaje del Evangelio: fueron creaciones colectivas, todos metían
mano (ríe)”.
Decisiones y procesos
de aprendizaje
Joel estudiaba Publicidad en la UPC y asistió a una de las
charlas vivenciales que organizó la Universidad Católica en el 2010. “Estaba en el primer ciclo y voy a estas
charlas a tantear; fue toda una semana en donde participaron actores
extranjeros y peruanos, como Hernán Romero, y me convencí de que quería ser
actor y de que sí es posible vivir de esto”. Joel postuló a la Escuela
Nacional de Arte Dramático (ENSAD) con un monólogo y tuvo como jurados nada
menos que a Ernesto Ráez, Carlos Acosta y Daniel Dillon. “Yo no sabía quiénes eran ellos en ese entonces”, reconoce.
Dentro de la ENSAD, Joel tuvo a varios maestros de los que
se fue nutriendo y capacitando como actor. “Todo
pasa por algo, no creo en la suerte”, asegura. “Con Carlos Acosta, aprendí a tener mucha disciplina, que el talento no
basta, él te cerraba la puerta a las ocho en punto”. De Ráez, rescata su
pasión por el arte, de no solo pararse a actuar en el escenario, sino también
lo que se hace tras bambalinas, es decir, el ser un verdadero hombre de teatro.
“Dillon me enseñó el manejo del texto, de
la percepción; recién ahora me doy cuenta que eso me sirve un montón”. Guadalupe
Vivanco y Dante Marchino también completaron su formación; con la primera, Joel
participó en España 36: Bodas de sangre
(2015), una interesante versión libre del texto de Federico García Lorca, en la
que interpretó al Novio; y con el último, en Roberto Zucco (2016) de Bernard-Marie Koltés, como su protagonista.
“En ese tiempo, llegaron el presidente Kuczynski
y el actor francés Gerard Depardieu, les presentamos la segunda escena de obra
y la pasaron por TV Perú, fue toda una experiencia”.
Temporadas y
proyectos
“Un buen actor de
teatro debe tener disciplina, mucha humildad y también mucha creatividad”,
afirma Joel. “Sobre el talento, creo que
es un tema complicado, porque no sé qué es tener talento, y además no sé si es
necesario, ya que he visto personas que con disciplina y esfuerzo han hecho
cosas increíbles”. Sobre cómo debería ser un buen director de teatro, Joel
comenta que debe “tener equilibrio y
discernimiento para darle paso a la creatividad de sus actores y también a lo
que él quiere: ese equilibrio entre esas dos cosas es importante, es decir, no
dejar que los actores hagan lo que quieran, pero tampoco ser muy estricto”.
Joel ha tenido una intensa actividad escénica, participando
como actor, además de la obra de Rocagliolo, en Cachorro está pedido (2017) de María Inés Vargas, dirigida por Aldo
Miyashiro. “La produjo el Gobierno Regional del Callao, nos presentamos para
alumnos de los colegios más representativos de la zona, la última fue en el
Monumental del Callao; todas las funciones fueron al aire libre, en donde se
montaba un escenario”. Además, intervino en el 2018, en Zombi de Daniel Dillon,
Fabulantes de Herbert Corimanya y Mala Sangre de David Plana.
Joel llegó a Tus
amigos nunca te harían daño, con la dirección de Beto Miranda, gracias a su
trabajo anterior con el actor y productor del mismo montaje Juan de los Santos.
“Toto es un personaje muy amplio con
muchas gamas”, reflexiona. “El actor
puede enriquecerlo de muchas formas, te da las posibilidades para mostrar más
tu trabajo actoral”. Joel se encuentra preparando un proyecto teatral con
la profesora Vivanco y con el actor Herbert Hurtado, quienes dirigirán la
puesta en escena titulada Lorca, la muerte de un poeta, una fusión de Bodas de
sangre y La casa de Bernarda Alba junto a la vida y muerte de García Lorca. “Además, estaré en otra obra con Beto
Miranda en varios cafés de Barranco, será una propuesta más íntima”, concluye.
Sergio Velarde
9 de febrero de 2019
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