En el bosque de Sherwood
Todos los cuentos clásicos, a pesar de ser historias
conocidas, siempre tienen de su lado la curiosidad del público, y esa
curiosidad no se encuentra tanto en la historia, sino en cómo se cuenta. En
esta oportunidad, en la Sala Alzedo, se está presentando una obra de teatro familiar
que adapta en forma muy libre la historia de Robin Hood y su
enfrentamiento contra las injusticias que comete el comisario de Sherwood, para
narrar una historia épica muy divertida.
La adaptación inicia mostrando el comportamiento del
comisario; pero no va al simple hecho de decir que es injusto, sino que lo
muestra a través de un diálogo entre dos habitantes de la ciudad que tienen
opiniones contrarias sobre la forma de gobierno. Este diálogo se repite durante
la historia un par de veces más, donde el apoyo al comisario cada vez se va
quedando sin argumentos. Es interesante este aporte, ya que muestra que para
toda historia siempre hay dos puntos de vista. Otro aspecto llamativo es que no
muestra a un Robin Hood como el caudillo que lidera la pelea contra el
comisario, sino como una persona común que regresa a su pueblo y que se une a
una lucha ya establecida; su aporte es adicional al descontento general y se
muestra como una lucha colectiva más que la cruzada de una persona. A todo ello
no se puede olvidar el tema del amor, un Robin Hood sin una Lady Marian no es
una historia de Robin Hood.
Los personajes están caracterizados como animales
antropomorfizados, de esa manera añaden en forma sencilla características
adicionales lo que les permite jugar con situaciones cómicas que agregan
agilidad a cada una de las escenas y agrega una capa de accesibilidad para el
púbico infantil. Los diálogos son claros y justos para mantener la atención de
todo tipo de espectadores y usan una escenografía práctica, a través de
cortinas pintadas y un vestuario llamativo y bien cuidado. La dirección
coordina en forma dinámica a todo su elenco de personajes tan diversos,
asegurando que las escenas fluyan con energía y coherencia.
En resumen, Robin Hood es una obra divertida que reinventa
un clásico con un toque juguetón que fascina a los niños y agrada a los
adultos, y la convierten en una buena opción teatral para toda la familia. La
pueden ver los fines de semana en la Sala Alzedo del Centro de Lima.
Ulises Cabanillas
16 de mayo de 2024
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