viernes, 31 de mayo de 2024

Crítica: CARAMBOLA


Contextos y adaptaciones

Para adaptar una obra antigua y extranjera a nuestra realidad nacional actual y que quede en buen estado, pues hay que tener mucho cuidado. Y es que la razón de “peruanizar” una pieza supone un acercamiento de la trama y personajes, que viven en otra realidad en tiempo y espacio, a nuestra idiosincrasia para su completo entendimiento por el público. Sin embargo, si este proceso no se encuentra del todo bien desarrollado, se corre el riesgo de que el resultado sea (a veces) muy extraño o, peor aún, completamente inverosímil. ¿No sería acaso más sensato mantener el contexto original? De esta manera, las acciones y actitudes presentadas, por más atípicas que sean, estarían justificadas por tratarse de realidades ajenas a la nuestra. Ese sería el caso, en general, de la comedia Carambola, presentada en el Teatro Auditorio Miraflores, que a pesar de tener ciertas irregularidades debido al aspecto antes mencionado, mantiene muchas secuencias bastante logradas.

Con versión y dirección de Ricardo Morante, el espectáculo se basa en la comedia de enredos llamada Óscar, escrita por el francés Claude Magnier en 1958. Por un lado, el diseño de producción luce inmejorable, con tres pantallas en el foro para delimitar los espacios, muebles rodantes y sonido ambiental, que apuntan inequívocamente a nuestros tiempos actuales. No obstante, esta “modernidad” de la puesta en escena, por ratos, no luce coherente con la historia que se cuenta, una que refleja el estilo de vida europeo de los años 50, con matrimonios arreglados con dotes incluidos y confusión de identidades, por ejemplo.

Además, todos los personajes actúan de manera insólita, desde el empresario de cuyes que hace tratos con el empleado que lo desfalcó, hasta la hija rockera que hace tick tocks en el baño para luego comportarse con una niña engreída delante de sus padres; pero una vez dentro de la convención en la que literalmente cualquier cosa puede suceder (como las tres mochilas idénticas de diferentes dueños), los actores regalan varias escenas divertidas. Buen trabajo de Sebastian Stimman (en reemplazo de último momento debido al accidente del actor original), Ricardo Combi, Cecilia Tosso, Katherina Sánchez y Renato Pantigoso, todos ellos con el suficiente oficio como para sacar adelante el montaje; curiosamente, es la más joven del elenco, Ana Paula Simón, la más destacada gracias a un muy creíble doble papel. Carambola podría ganar más puntos ubicándose en su contexto original; sin embargo, el resultado final no es para nada desdeñable.

Sergio Velarde

31 de mayo de 2024

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