viernes, 31 de mayo de 2024

Crítica: LOS CARACOLES


¿El fin justifica los medios?

Mientras presenciaba la puesta en escena (y reía mucho), esta pregunta rondaba mis pensamientos. Todo lo que somos capaces de hacer por conseguir nuestros objetivos, cómo nuestras escalas de valores están regidas por esos “triunfos” que necesitamos conseguir para sentirnos que somos alguien, ese ascenso, esa aceptación del otro o de un grupo, ese reconocimiento, el hecho de “SER ALGUIEN” nos ha ido deshumanizando y alejando del “SER”. Nuestra propia aceptación está en la mirada del otro, en cómo el otro nos perciba y reconozca nuestro valor. Era 1964 cuando Julio Ramon Ribeyro en Francia escribe esta pieza teatral, donde dos hoteles en una isla entran en mortal competencia; quizá, si lo vemos en nuestros tiempos, tal competencia viene siendo señalada por quién tiene más likes, comentarios o cómo causamos más polémica, poniendo nuestra inteligencia al servicio de nuestros instintos más primitivos.

Conmemorando los 30 años de fallecimiento del escritor peruano Julio Ramon Ribeyro, Manuel Gold, en su debut en la dirección escénica, nos propone una puesta en escena muy divertida, ágil, con muy buen ritmo, con cinco actores en escena haciendo varios personajes muy bien definidos. Hace una muy buena dirección de actores y, al mismo tiempo, la puesta en escena que nos propone es tremendamente profunda, mostrándonos al final que nada queda oculto, que todos observamos y que sobre todo, nos observamos a nosotros mismos.

Los actores Miguel Iza, Jely Reátegui, Renato Rueda, Sebastián Monteghirfo y Gisela Ponce de León tienen una muy buena conexión en el escenario, todos destacan entregándonos toda su energía y disfrutando cada personaje que interpretan; cada uno de ellos hacía más de dos personajes y todos muy bien delineados y hechos con amor. Así como la música que acompaña muy bien cada momento, hecha originalmente para la puesta en escena por Favio Rojas, el diseño de luces completaba una atmósfera de una isla en pleno verano y la escenografía minimalista con módulos que iban transformando los mismos actores para cada cuadro. La Ira producciones estuvo a cargo de la producción general de la obra. Muy recomendada.

Manuel Trujillo

31 de mayo de 2024  

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