jueves, 8 de febrero de 2024

Crítica: CUANDO NOS VOLVAMOS A ENCONTRAR


Una buena química como primer paso

Una de las cosas esenciales para contar una historia romántica parte de la química de los protagonistas. A partir de ellos, se va construyendo la historia. En ese sentido, Cuando nos volvamos a encontrar es una buena obra, aunque pudo llegar a ser mucho más.

Un gran inicio, lleno de buenas canciones, bien cantadas y bien tocadas; se genera el ambiente bajo el cual se desarrollará la historia: un reencuentro entre dos personas que en un pasado se amaron y ahora, frente a frente, descubrirán qué tan vivo sigue aquello que alguna vez sintieron. El primer encuentro entre los dos personajes fue plano, rápido, sin la tensión necesaria que exige un encuentro después de mucho tiempo. Pero pasada la primera mirada, ambos toman esa gran química de la que en un inicio hablamos, se recomponen y juegan con soltura y convicción. Los personajes son sencillos, marcados en sus características pero complementarios en cierta medida. La historia va agarrando cuerpo y a pesar de que los momentos importantes (los primeros acercamientos, las primeras miradas) pasan sin el cuidado necesario, no pierden el juego y la conexión que tienen.

Así, dinámico y lúdico, se va contando su historia, entre el recuerdo y la emoción. Lo malo es que el texto no es preciso, uno que sabe que parte de un punto a otro, pero que en su tramo final avanza muy rápido, pierde credibilidad y le quita peso a las decisiones de sus personajes. La historia es buena cuando los personajes están recordando aquello que vivieron, pero falla al retomar el tiempo presente, donde se pierde la claridad de lo que quieren respecto al otro; la historia no termina de cimentarse en la escena.

Cuando nos volvamos a encontrar es una obra agradable de ver, sabe construir un ambiente, aprovecha la química de sus actores, pero falla en una construcción más precisa de la historia, de las circunstancias. Eso sí, el cierre, con cierto tono melodramático, cala en uno al escuchar una última canción.

Omar Peralta

8 de febrero de 2024

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